Día Internacional de las Mujeres

Como sucede, año tras año, cuando se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, se torna ineludible hacer ciertas reflexiones acerca de los acontecimientos que tuvieron lugar en un día como este y, sobre todo, pensar si las reivindicaciones que originaron esos hechos siguen teniendo vigencia o no en la actualidad. En aquel 8 de marzo hubo una protesta de mujeres trabajadoras de una fábrica reclamando una reducción en las horas de trabajo. Hoy en día, las mujeres trabajadoras continúan con demandas relacionadas con sus condiciones de trabajo y lo hacen para algún día dejar de ser aún más explotadas que sus compañeros varones. Por otro lado, otros sucesos relacionados con las mujeres están ahora en el tapete. Y pareciera no tener vinculación una cosa con la otra. Pero es un error suponer esto último. Nos estamos refiriendo a la polémica acerca de la despenalización del aborto. Y especialmente estamos pensando en la nueva víctima de la legislación actual en nuestro país, la joven que llegó a un hospital público de San Lorenzo (Santa Fe) por complicaciones de un aborto realizado quién sabe en qué condiciones. Todo el rigor de la ley y la Justicia cayó sobre ella. Claro, mujer que aborta es presa fácil; en este caso, indefensa y sin recursos. La batalla por la vida de su feto tiene lugar en su propio cuerpo. Algunos corren otra suerte: son responsables directos de las muertes de tantos desnutridos pero no ven comprometido su cuerpo. La procesión pasa por otro lado. La vinculación entre un hecho y el otro, entre las reivindicaciones laborales por un lado y la indefensión por falta del dinero necesario para pagar un aborto en una clínica privada por el otro, están estrechamente relacionadas. Es por eso que pensamos que género y clase se potencian. Tratar la clase social sin tomar en cuenta el género es tan inadecuado como considerar el género sin atender a la clase.

Hilda Habichayn, coordinadora académica de la Maestría sobre Género, UNR