| sábado, 12 de febrero de 2005 | Vestidos con mamelucos robaron en tres minutos una pinturería Se camuflaron para no ser advertidos pero llevaron menos de lo que buscaban: según la policía, 1.500 pesos A la hora en la que los encargados de la mayoría de los negocios apuran el tranco para realizar los depósitos bancarios, cuatro hombres armados asaltaron la pinturería de Pellegrini y Corrientes. Apenas pasadas las 14, los delincuentes ingresaron al amplio salón de ventas vestidos como pintores y, aprovechando que los empleados acomodaban mercadería, los redujeron y se llevaron la recaudación de medio día: según la policía, 1.500 pesos. Fueron sólo tres minutos. Los vecinos dicen que se fueron en un camioneta, pero ni el malabarista, ni una chica que repartía volantes en la bocacalle sur de Corrientes, ni el canillita en la vereda de la pinturería y el empleado de seguridad del banco de enfrente vieron nada.
Una hora antes de que los dos bancos en la esquina cerraran su atención al público, cinco ladrones a cara descubierta robaron la pinturería Cañada de Pellegrini al 1500. "Estábamos tres empleados acomodando cosas que habíamos descargado mientras un muchacho de Alba chequeaba el remito cuando cuatro tipos armados entraron al negocio. Eso fue lo que vi yo, otros muchachos dicen que eran cinco", explicó uno de los empleados del imponente negocio. "Estaban vestidos como pintores, así que no nos llamó la atención", comentó.
Al pasar por Pellegrini y Corrientes es imposible no ver la fachada de la pinturería de la esquina norte. Pintada de rojo, con la gráfica en blanco, el local resalta. La esquina tiene semáforo de dos tiempos y por esa intersección pasan nueve líneas de colectivos. La pinturería comparte las cuatro esquinas con dos bancos -el Citibank y el Nuevo Bisel- y una farmacia. En su vereda hay un quiosco de diarios y el local de comidas Petra. Cruzando Pellegrini hacia Entre Ríos, además del Citi, hay dos bares con mesas afuera, que estaban vacías.
Limpiaron la caja Una vez en el interior del espacioso local, entre latas de latex y pinturas antihongos, los hampones limpiaron la caja con la recaudación del día. "Nos hicieron tirar al suelo en la cocina y vaciaron la caja. Fueron dos o tres minutos, que cuando estás tirado en el piso te parecen una eternidad", contó con angustia en la voz. Mientras los vigilantes de la Patrulla Urbana buscaban testimonios en la cuadra, el empleado comentó que los dejaron atados con sogas que había en el lugar.
Una vez que los ladrones pusieron los pies en la vereda habrían huido en una camioneta que los estaba esperando, según comentó un peatón. "Acá siempre hay movimiento, pero mucha gente no se dio cuenta que nos robaron hasta que llegaron los patrulleros", explicó uno de los empleados. Al comenzar la búsqueda de testigos, eso quedó en evidencia.
"Hacer todo ese despliegue y arriesgarse por 1.500 mangos... Estos tipos estaban mal dateados", comentó uno de los pesquisas. "Se fueron al humo a la caja fuerte que estaba en la oficina del dueño, pero estaba vacía", concluyó el investigador quien aclaró: "No extrajeron las armas, sólo mostraron las culatas".
Queda claro que los ladrones aprovecharon las circunstancias que tenían a su favor. Y una fue como estaba estacionado el camión Mercedes Benz 1620 con semirremolque del que descargaron la mercadería en la pinturería. El vehículo estaba estacionado sobre el frente sur del local, sobre Pellegrini hacia Paraguay. Desde la vereda del Banco Nuevo Bisel no se veía la pinturería.
Además habían tomado la precaución de vestirse con ropa de trabajo blanca, muy similar a la vista de los uniformes de los empleados de la pinturería. A esto le sumaron una gorrita, a lo pintor. Como para que nadie perciba nada anormal. enviar nota por e-mail | | |