| sábado, 12 de febrero de 2005 | Asesinaron a la víctima de un secuestro al jugar con un arma Facundo Azulay fue capturado por una banda que le hizo creer que tenía cautivo a un miembro de su familia El despachante de Aduanas Facundo Azulay, quien murió el jueves mientras estaba secuestrado, fue asesinado cuando uno de los delincuentes que lo tenía cautivo jugaba con un arma, que apoyaba sobre la cabeza de su víctima, y se le escapó un tiro, informó el ministro de Seguridad bonaerense León Arslanián.
En tanto, la policía detuvo ayer a un cuarto integrante del grupo que participó en el hecho, mientras que otras tres personas permanecen prófugas. La banda, llamada Los Patanes, operaba en la villa Las Antenas, de La Matanza, y no tenía experiencia en secuestros extorsivos.
El hecho comenzó con un secuestro virtual mediante una llamada telefónica desde un penal bonaerense. El preso que concretó ese engaño pidió la colaboración de la banda Los Patanes para continuar con el hecho, informó un jefe policial.
En declaraciones a Radio Uno, el ministro Arslanián dijo: "La versión policial es que a Azulay lo matan jugando con un arma en la cabeza, cuando ya lo estaban por liberar".
Arslanián calificó el secuestro y asesinato de Azulay de "un crimen estúpido que pudo haber sido evitado".
El ministro dijo además que los autores del secuestro y crimen son menores. Sin embargo, la policía informó que de los cuatro detenidos hasta el momento, sólo uno de ellos tiene 17 años, y es el que cuenta con el prontuario más extenso.
La DDI de La Matanza detuvo ayer a Mauro Godoy, mayor de edad, quien fue apresado en la localidad de San Justo cuando caminaba por la vía pública.
Otras tres personas fueron detenidas ayer por su presunta vinculación con el secuestro y crimen de Azulay. Se trata de Adriana Soria, de 38 años, Vanina Valderrama, de 24, y un menor de 17.
En la misma causa, la policía tiene identificados a otros tres sospechosos que están prófugos, entre ellos, quien según la investigación mató a Azulay.
El caso comenzó anteayer cerca de las 10 de la mañana cuando el despachante de aduanas se encontraba en su oficina de Chile 862, en el barrio de Monserrat y recibió una llamada en la cual un hombre le dijo que tenía un familiar secuestrado.
Azulay cometió uno de los errores más comunes en este tipo de secuestros virtuales, que fue dar el nombre de un familiar, lo que posibilitó al delincuente a continuar con el engaño.
Así, el secuestrador obligó a Azulay entregar el código de distintas tarjetas telefónicas y, luego, le exigió llevar una suma de dinero hasta la esquina de White y Eva Perón, en Mataderos.
La sospecha es que la llamada a Azulay fue realizada por un preso de un penal bonaerense, quien, al ver que la situación era más fácil de lo que imaginaba, llamó a su esposa en la villa Las Antenas y le pidió ayuda para que fueran a cobrar una suma de dinero como rescate.
Así, los integrantes de Los Patanes se dirigieron al lugar pactado y capturaron a Azulay, con lo que lo convirtieron en la verdadera víctima del secuestro.
Los secuestradores llamaron al socio del despachante y exigieron 10 mil pesos para liberar sano y salvo a Azulay, y pactaron la entrega del dinero en el mismo lugar.
Tras cobrar el dinero, los delincuentes dijeron que iban a liberar a Azulay en media hora, pero el despachante de aduanas apareció tirado junto a la avenida General Paz, en La Matanza, con un balazo en la cabeza. (Télam) enviar nota por e-mail | | |