Diez años de El Teatrillo

La formación actoral, una propuesta para niños y jóvenes

Los jóvenes actores participan de producciones artísticas que visitan las escuelas rosarinas

El Teatrillo cumple diez años dedicados al arte y al comunicación. El espacio funciona en Casa Uruguaya, donde se dictan clases de teatro tanto a niños como adolescentes, jóvenes y adultos mayores. El año pasado comenzó a recorrer escuelas con obras producidas por sus propios alumnos. Este año promete renovar la propuesta.

Daniela Ominetti y Luciana Evangelista son las responsables de este espacio de formación y creación actoral. Una y otras son actrices profesionales, egresadas de la Escuela de Teatro.

Luciana Evangelista destaca que no es poco haber cumplido diez años de trayectoria en Rosario, donde abundan las buenas iniciativas. También recuerda como, poco a poco, se fueron sumando más grupos a las clases, desde los más pequeños hasta los adultos mayores.

"El grupo más numeroso lo forman adolescentes y jóvenes", dice. Igual, y con distintas edades, todos llegan a El Teatrillo con distintas expectativas de aprendizajes: los más chicos a veces motivados por sus padres, los adolescentes por lo nuevo y lo expresivo, los adultos por hacer algo diferente.

Más tarde Luciana y Daniela son las que se encargan de tomar esas inquietudes, para trabajar sobre el objetivo principal que tiene el espacio: aprender las técnicas del teatro, apropiarse de su lenguaje y formarse en la actuación. También participar de otras alternativas como el y la comedia musical.

Las clases de los talleres son semanales, de dos horas y media, con la posibilidad de sumar este año un día más para abordar las cuestiones propias que hacen a la formación teatral, como por ejemplo, la comunicación, el vestuario, la producción, y aspectos teóricos de esta especialización.

Los grupos se organizan por edades, que parten desde los 8 años hasta los mayores. Pero también por aprendizajes, así hay talleres para principiantes como para quienes ya tienen sus años en esta formación.

Estos últimos, los de más años en el trabajo teatral, son los que conforman un grupo profesional y llevan los textos a escenas. En este caso, el trabajo es cooperativo.


Por las escuelas
Desde el año pasado, El Teatrillo recorre escuelas. Y si bien el trabajo es totalmente distinto al que puede darse naturalmente en una sala, resulta igual de estimulante para quienes asisten a disfrutarlo.

"Sabemos que llevar los alumnos a una sala sería lo óptimo, pero también reconocemos lo que implica moverse con un grupo por fuera del colegio", comenta Luciana Evangelista. Esa es una de las razones que llevó a El Teatrillo a recorrer las aulas.

Las primeras en contactarlas son las docentes. Luego llevan la obra a la escuela, donde los principales espectadores pasan a ser los estudiantes, en este caso de escuelas medias .

"Los chicos disfrutan mucho, es algo que no ven a menudo, pero sobre todo les llama la atención el hecho de que los actores sean de su misma (o casi) edad", agrega la profesora.

El año pasado la obra de Gregorio de la Ferrère "Las de Barranco" fue la propuesta para las escuelas. Este año prometen reponerla, pero renovada. En este caso, el pago que se le pide a la institución es mínimo.

Igual, las directoras de El Teatrillo guardan la esperanza de llevar a los chicos a la sala, de que su visita sea motivadora para esto. El teatro debe disfrutarse como tal, insisten. En este sentido, sorprende a las profesoras de teatro, lo poco que los chicos asisten a estos espectáculos, más aún cuando la oferta en la ciudad no es menor.

"Hay un camino para trabajar con el teatro en las escuelas. En eso estamos -dice Evangelista-, porque el teatro te contacta con algo diferente, con un texto, con el humor, con un autor y te propone recobrar un espacio donde el orden las sillas se sale de lugar de la escuela."

Ominetti y Evangelista, directoras de El teatrillo.