| sábado, 12 de febrero de 2005 | Exacerbación del egoísmo Entre los cambios culturales producidos durante los años 90, uno de los más notorios fue la exacerbación del egoísmo, el cual fue elevado por los propagandistas del neoliberalismo a la categoría de virtud. En el presente muchas de las actitudes que observamos en la sociedad se relacionan con esta cuestión. La rotunda indiferencia de los que poseen empleo y beneficios sociales para con quienes fueron excluidos del sistema. El desdén frente a los legítimos reclamos de los trabajadores. La lisa y llana aceptación de extensas jornadas de labor con exiguos salarios, sin cobertura sanitaria, etcétera. Se han naturalizado situaciones de humillación y explotación aberrantes gracias al rigor represivo de un sistema perverso que cotidianamente erosiona identidades sociales y ataca la dignidad humana. Entre otras cosas, se transmite como mensaje desde los poderes como graciosas concesiones de los mandatarios lo que en realidad son derechos individuales y sociales conquistados luego de arduas luchas por generaciones de personas, que en muchos casos pagaron con sus vidas. Por ejemplo Cosme Budislavich, obrero muerto en Rosario luego de la represión en la Refinería de Azúcar, o Luisa Lallana, víctima de la acción de rompehuelgas en 1928 durante el conflicto de los trabajadores portuarios. Es necesario reflexionar acerca del valor del esfuerzo para producir los cambios que nos encaminen hacia una sociedad con libertad y justicia.
Carlos A. Solero
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