| miércoles, 09 de febrero de 2005 | Daño silencioso Crearon en Rosario un grupo de autoayuda en hepatitis C La asociación, ideada por pacientes, cuenta con la colaboración de una entidad brasilera con seis años de trabajo. Experiencia inédita en nuestra ciudad Belén Travesaro / La Capital Por primera vez en Rosario, un grupo de personas con hepatitis C crearon una entidad que nuclea a pacientes, familiares, amigos y profesionales. La iniciativa surgió de Griselda Alasia, quien hace dos años descubrió que tenía el virus. En busca de información actualizada sobre la enfermedad se contactó con el grupo Optimismo, de Río de Janeiro, Brasil, que le aportó los datos que necesitaba. El vínculo con el grupo brasilero la impulsó a conformar una asociación similar en nuestra ciudad, para lo cual cuenta con la ayuda del creador de la entidad carioca, Carlos Baraldo.
La agrupación local que se denomina UNA-C no es la primera en el país, ya que funcionan otras en Buenos Aires y Mar del Plata, entre otras ciudades.
UNA-C organizó el mes pasado la primera charla sobre el tema a la que asistieron numerosos pacientes que mostraron interés en informarse y compartir experiencias. "En algunos notamos vergüenza de expresarse libremente debido a prejuicios, mitos o temores", dijo Alasia a La Capital. En ese primer encuentro dirigido a pacientes y profesionales disertaron Baraldo y el gastroenterólogo rosarino Fernando Bessone, quien también presta su ayuda al grupo.
El grupo pretende concientizar a la población acerca de la detección precoz de la hepatitis C; orientar a los pacientes acerca de dónde recibir atención médica; y brindar contención a quienes conviven con la afección y están en tratamiento, ya que en algunos se producen efectos colaterales como náuseas y mareos difíciles de sobrellevar en la vida diaria.
En otro orden buscan inducir a los laboratorios a reducir los precios de los medicamentos (que son muy costosos) y si bien el Estado debería cubrirlo íntegramente, esto no siempre ocurre. Hasta tanto no se descubra una vacuna que proteja del virus el tratamiento de la hepatitis C se basa en una combinación de fármacos.
Este tipo de hepatitis es causada por el virus C que daña el hígado de forma lenta y silenciosa, sin que se evidencien síntomas físicos. A largo plazo en algunos casos puede ocasionar cirrosis y cáncer hepático. La evolución del daño hepático es diferente en cada persona, pudiendo alcanzar hasta 20 años.
Contagio por sangre Infectarse con el virus de la hepatitis C es muy difícil, por cuanto sólo se transmite a través del contacto con sangre contaminada. No existen conclusiones que determinen la contaminación por fluidos corporales, como saliva, sudor, lágrimas, semen o leche materna (la madre infectada puede amamantar). No se produce la transmisión del virus por medio de abrazos, besos o por compartir platos, vasos, cubiertos o ropas. La contaminación sexual es posible, sin embargo muy rara de acontecer.
Es posible llevar una vida totalmente normal pues el virus no ofrece riesgos de contagio en la vida social, en la familia o en el trabajo.
La mayor fuente de contaminación aconteció en el pasado con las transfusiones de sangre, posibilidad hoy descartada por las pruebas previas. Compartir jeringas y agujas de inyección también es cosa del pasado, ya que hoy se emplea material descartable.
La consulta con un médico especialista (hepatólogo o gastroenterólogo) se recomienda en las siguientes situaciones:
* Aquellos que recibieron una transfusión de sangre antes de 1993.
* Usuarios de drogas inyectables, incluso aquellos que lo hicieron sólo una vez, en cualquier época de la vida.
* Quienes presenten resultados de transaminasas anormales o evidencias de daño hepático.
* Profesionales de la salud después de un accidente perforante o en las mucosas, con sangre contaminada.
* Hijos de madres contaminadas con hepatitis C.
* Enfermos renales en hemodiálisis; hemofílicos y contaminados por el HIV/sida.
* Aquellos con múltiples compañeros sexuales o con historia de enfermedades sexualmente trasmisibles.
* Usuarios de cocaína inhalada.
* Los que se efectuaron tatuajes o piercings.
* Mayores de 40 años.
* Trasplantados que recibieron tejidos tales como córneas, piel, esperma u óvulos.
Para mayor información acerca de profesionales o sitios dónde recibir atención médica se pueden consultar al correo electrónico [email protected]
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