| miércoles, 09 de febrero de 2005 | Testigos argentinos relataron torturas en el juicio a Scilingo Tres sobrevivientes de centros clandestinos de detención de la última dictadura militar relataron hoy su cautiverio en el juicio oral que se sigue al ex represor Adolfo Scilingo, entre ellos una mujer que fue violada tres veces, sometida a picana eléctrica y colgada de un helicóptero.
Los testimonios se efectuaron desde esta capital a través del sistema de videoconferencia y fueron recogidos por la Audiencia Nacional de Madrid en el proceso contra Scilingo, quien intervino en los vuelos de la muerte que se realizaron durante la última dictadura.
La primera declaración fue la de Margarita Cruz, integrante de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, quien en 1975 -cuando tenía 21 años- estuvo cautiva tres meses en el centro conocido como Escuelita de Famaillá en San Miguel de Tucumán.
La mujer relató que fue secuestrada por un grupo armado que irrumpió violentamente en su casa en presencia de sus padres y su bebé de 45 días y que en su lugar de detención vivió "la situación más terrible por la que puede pasar un ser humano".
"Fui sometida a torturas con picana eléctrica, violada en tres oportunidades y colgada de un helicóptero", recordó Cruz con voz temblorosa y explicó que permanecía la mayor parte del tiempo "maniatada, vendada y tirada en el piso".
El segundo testimonio fue el del periodista uruguayo Enrique Rodríguez Larreta, quien rememoró su secuestro durante quince días en julio de 1976 en Automotores Orletti, un viejo taller del barrio porteño de Floresta.
El periodista aseguró que fue secuestrado en su casa por una banda comandada por el ex agente de inteligencia Aníbal Gordon y que durante su confinamiento fue torturado con picana eléctrica por militares uruguayos.
"Nos colgaban, nos daban descargas eléctricas y ponían sal gruesa en el piso para que pasara más la corriente", relató Rodríguez Larreta, quien luego fue llevado a Uruguay, con un grupo de 30 compatriotas, en una avión de la Fuerza Aérea de ese país.
La última testigo fue María Silvia Bucci, quien cuando tenía 16 años estuvo secuestrada en La Cacha (La Plata) porque participaba en actividades del centro de estudiantes de su escuela secundaria.
Si bien Bucci no fue torturada, permaneció esposada y encapuchada en la cama de un sótano durante 73 días y fue manoseada por sus captores. (Télam)
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