Homicidio de un productor agropecuario en Arequito

Una mujer intentó desligarse del brutal crimen de su marido

Tras el hecho, ocurrido el domingo, ella trató de suicidarse. Dijo que los asaltaron

Gustavo Orellano / La Capital

Casilda.- María Antonia Gauna, la mujer detenida como principal sospechosa de haber asesinado el domingo a su esposo en la casa que compartían en la localidad de Arequito, negó ayer haber sido autora del crimen y culpó del hecho a un familiar que, según aseguró, ingresó encapuchado a su domicilio para robar. Sin embargo, voceros judiciales que investigan la causa consideraron que el testimonio es "inverosímil".

Omar Carlos Bartolelli, un productor agropecuario de 44 años, fue asesinado el domingo pasado. El hombre recibió ocho puñaladas en distintas partes del cuerpo, una de las cuales le interesó el corazón causándole la muerte. Poco después, su esposa se cortó las venas de las muñecas y mientras se desangraba empezó a gritar pidiendo auxilio. Cuando los primeros vecinos de la pareja llegaron a la casa, el cuadro era dantesco. "Lo primero que vi fue a María ensangrentada y llorando por lo que le avisé a la hermana. Después, mi esposo y otros vecinos trataron de ayudar a Omar y le dieron parte a la policía. Todavía recuerdo esa imagen horrorosa que nunca pensé ver y menos en la casa de esta gente, que no tenía problema con nadie", relató una de las vecinas de la pareja.

El caso fue caratulado homicidio calificado por el vínculo y todo hace suponer que esa figura quedará firme tras la indagatoria que la jueza Penal de Casilda, Silvia Nogueras, le tomó a Gauna en la clínica donde se recupera de las lesiones autoinfligidas con intención suicida. Allí, la imputada responsabilizó de esas heridas y del crimen de su esposo a un familiar que ingresó a su vivienda con la intención de "hacernos daños y sustraernos dinero".

Gauna dijo que tanto ella como su esposo fueron atados y posteriormente atacados con un cuchillo por el malhechor que entró a su casa, aunque su relato no resulta creíble para los investigadores. "Gauna armó una fabula para negarse a reconocer la gravedad de lo que hizo", dijo a La Capital un colaborador de la jueza.

Y las pruebas parecen darle la razón a los pesquisas. Según la mujer, el supuesto asalto y la posterior agresión habrían ocurrido a la 1 de la madrugada del domingo cuando volvió a su hogar con su esposo luego de ir a un circo, pero no hay signos que lo puedan corroborar. Cuando se realizaron las primeras pesquisas en el lugar del crimen, cerca de las 15 del domingo, aún había rastros de sangre fresca, lo cual indica que se trataba de un hecho reciente. "Si como dice Gauna todo pasó a la una de la mañana, la sangre hubiese estado seca. Sin embargo todavía se mantenía en estado líquido", dijo la misma fuente consultada por este diario. "Además -agregó- no había ningún elemento que haga pensar de que había otras personas en el interior de la vivienda y mucho menos indicios de que hayan sido maniatados".

Los policías que llegaron tras ser alertados por los vecinos, secuestraron el cuchillo que habría utilizado Gauna para matar a su esposo y constató cierto desorden en la cocina, donde se habría iniciado la última discusión matrimonial que culminó con la muerte de Bartolelli. También en el dormitorio se encontraron vidrios rotos de una botella de cerveza que la mujer habría utilizado para golpear a su esposo antes de apuñalarlo. En ese lugar, además, hay manchas de sangre en una ventana que supuestamente habría querido abrir la víctima para escapar semiinconsciente de la agresión sufrida. La Justicia considera que Gauna, cuando vuelva a prestar declaración en sede tribunalicia, reconocerá la autoría del crimen ya que "las pruebas en su contra son elocuentes".

La vivienda donde se registró el drama pasional.