| miércoles, 09 de febrero de 2005 | Ensayo. Las figuras de la meca del cine se prestaron para una reunión donde reinaron el galmour y la camaradería Las estrellas de Hollywood dejan de lado la competencia por unas horas La Academia de Cine de los Estados Unidos ofreció su tradicional almuerzo a los candidatos al Oscar Katja Stumpp Ya es una costumbre en Hollywood. En medio de la vorágine previa a la entrega de los premios Oscar los candidatos se toman un par de horas de descanso. Es un momento en el que no hay que competir sino "sencillamente respirar, echar un vistazo, felicitarse, relajarse", como sabiamente comentó la actriz Laura Kinney.
La protagonista de "Kinsey" es una de las 116 estrellas que acudió al tradicional "almuerzo de los nominados" en el que año tras año se reúne la flor y nata de la industria del cine en un animado encuentro en Beverly Hills.
Junto a grandes estrellas como Leonardo DiCaprio y Clint Eastwood también estuvieron maquilladores, guionistas y realizadores en esta comida tradicional en la que se hace la foto de grupo en el hotel Beverly Hilton. Sobre el suelo de mármol, todos ellos pasaron prácticamente inadvertidos ante una decena de fans. Aquí no hay alfombra roja.
La ropa era elegante pero ni de lejos tan glamorosa como la noche de los Oscar. En las mesas redondas, elegantemente decoradas, los grandes de Hollywood se sientan en el salón internacional de bailes con documentalistas y compositores que no se conocen.
"Eso es lo más hermoso aquí", confesó Kate Winslet, quien está nominada por su papel protagónico en "Eterna sonrisa de una mente sin recuerdo". "Estamos en la misma burbuja de aire", agregó.
Hilary Swank, una de las más elegantes del encuentro con un vestido negro, ya conoce lo que se siente al recibir un Oscar, pero no obstante sigue estando nerviosa. Durante el almuerzo la protagonista de "Million Dollar Baby", el drama de una chica que quiere boxear que ha dirigido Clint Eastwood, dijo que tan sólo quería "estar ahí y disfrutar el momento".
A ello debía contribuir el menú: cócteles, langostinos rellenos de caviar, salmón ahumado, ternera japonesa marinada, solomillo a la parrilla o lubina con salsa de soja, son sólo algunos de los ejemplos de la carta. Para que el placer no fuese enturbiado por nada, los organizadores se encargaron de evitar que hubiese una mesa con el número 13, a fin de que nadie se sintiese presionada por la buena o mala suerte.
Quien lucía la sonrisa más amplia en el rostro ante la prensa fue Alan Alda. "Ustedes no pueden imaginarse lo que significa para mí estar aquí", afirmó entusiasmado el actor, nominado en el rubro mejor actor de reparto por "El aviador". "Esto es un aliento para los próximos 40 o 50 años", agregó el actor que recientemente cumplió 69 años.
Annette Bening, que entra en la carrera del Oscar por tercera vez con "Being Julia", habló mucho con la actriz británica Imelda Staunton ("Vera Drake"), quien seguro que será una de sus férreas competidoras en la categoría de mejor actriz. Hilary Swank y Annette Bening ya coincidieron en 1999 en las nominaciones. Entonces ganó Swank.
Pero en el almuerzo de los nominados eso no tiene importancia. "Hilary está magnífica en su papel de boxeadora", afirmó Bening, quien estuvo acompañada de su marido Warren Beatty, sobre su competidora más joven.
El gran Martin Scorsese, que es tan pequeño que casi desaparece detrás de sus gafas de pasta negra, parecía un poco tenso. Esta es su séptima nominación, las seis anteriores se fue de vacío. "El aviador" sería la que por fin le daría la estatuilla dorada. "Sería fantástico ganar", admitió el realizador quien llevaba a su madre consigo como portadora de buena suerte. Aunque entonces llegará el "momento más horroroso": salir al escenario y decir algo.
Los directores de las películas nominadas al rubro mejor película extranjera, entre ellos el español Alejandro Amenábar ("Mar adentro") no fueron invitados al almuerzo. Ellos tendrán su propia "foto" en un acto que se celebrará poco antes de la entrega de premios del próximo 27 de febrero.
El almuerzo tuvo el ambiente despreocupado de una reunión social. Los candidatos disfrutaron del encuentro sin la presión que tienen en la ceremonia de entrega de los Oscar, en la que tienen que lucir alegres y glamorosos, aún cuando la suerte les sea esquiva. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El hotel Beverly Hilton vio posar 116 artistas. | | |