| miércoles, 09 de febrero de 2005 | El Centenario implantó un riñón después de cuatro años Una joven de 22 años recibió ayer un riñón en el Hospital del Centenario. La cirugía se convirtió en la primera de ese tipo que se realiza en el efector luego de que el servicio permaneciera suspendido cerca de un año tras haberse desatado en el lugar un brote de hepatitis B que le causó la muerte a cerca de una decena de pacientes. Es más, según aseguraron a La Capital desde el servicio, el último trasplante de este tipo se había realizado en 2001.
Según explicó el jefe de trasplantes del Centenario, Fabio Acosta, "la joven evoluciona muy bien y hasta salió orinando del quirófano". Se trata de una muchacha rosarina a quien le donó el órgano su propia madre, quien también se recuperaba ayer de la cirugía en el mismo efector.
Acosta remarcó que el hecho de haber podido operar a esta paciente en el Centenario "es un hecho fantástico que hace muy feliz a todo el personal que trabaja en el hospital".
El profesional indicó además que la cirugía es la primera que se realiza desde 2001 en el servicio de trasplante, que además fue suspendido a mediados de 2003.
"Es muy importante que este servicio vuelva a funcionar ya que el Centenario es el único efector público habilitado para realizar trasplantes de este tipo en el sur de la provincia, lo que lo convierte en algo muy importante para las personas de bajos recursos", detalló el profesional.
Lo mismo opinó la integrante de la Comunidad del hospital, Graciela Nocera, quien confesó sentirse "sumamente feliz" con la reapertura formal del servicio de trasplante e instó a la gente a "concientizarse sobre la donación de órganos".
Según confirmó Nocera, la intervención se realizó ayer por la mañana y se extendió hasta las primeras horas de la tarde. Y al cierre de esta edición, Acosta detalló que la paciente trasplantada evolucionaba bien.
El profesional explicó que la joven "se realizaba hemodiálisis en el Clemente Alvarez desde septiembre de 2003, y en noviembre de 2004 fue trasladada al Centenario, donde se siguió su evolución y finalmente se la pudo trasplantar".
Si bien la cirugía marcó la reapertura formal del servicio, el mismo ya había sido reabierto a mediados del año pasado. Su cierre fue decidido a fines de mayo de 2003 luego de que se desatara en el lugar a principios de ese año un brote de hepatitis B que le provocó la muerte a cerca de una decena de pacientes.
Casi inmediatamente se determinó que la enfermedad se había producido a raíz de la falta de controles sanitarios que requieren estos pacientes. Es decir, no estaban vacunados contra la hepatitis B y tampoco se le habían hecho los análisis bioquímicos correspondientes. Así fue que un paciente renal contrajo el virus y se lo contagió al resto. enviar nota por e-mail | | |