| miércoles, 09 de febrero de 2005 | En el camino Un Scenic que apuesta por el confort "automático" Prueba de manejo de la versión con caja automática del monovolumen de Renault. Es el único modelo de su segmento en ofrecer este tipo de transmisión. El motor es un naftero de 2.0 Jorge Kaplan / La Capital El Renault Scenic es un modelo que tiene el honor de ser el primer monovolumen compacto del mundo, o al menos fue el primero en ser denominado como tal. En Argentina compite con varios vehículos similares pero la marca francesa se las ingenia para posicionarlo siempre adelante. En ese sentido, incorporó una versión con caja automática, un elemento que mejora la categoría del nivel de confort, claro que a un precio sensiblemente superior al de sus hermanos.
En el segmento de los monovolúmenes comercializados en el país ninguno trae una transmisión automática, excepto el Honda Fit que tiene características parecidas pero por dimensiones pertenece a una franja inferior. Los rivales del Scenic como el Chevrolet Zafira o el Citroën Picasso son sólo manuales. Evidentemente, este modelo ocupará un porcentaje reducido del volumen de ventas del Scenic, pero sí logra mantener la vigencia de un modelo que ya cuenta con una larga trayectoria.
El diseño externo y las cualidades de espacio y funcionalidad interior son los mismos que los de cualquier Scenic, pero en este caso se incorporaron elementos de nivel superior como tapizados de cuero gris en las butacas, un apoyabrazos delantero que se puede rebatir y el asiento del conductor que es regulable en altura.
Esta transmisión automática viene asociada a una motorización naftera 2.0 de 16 válvulas que entrega una potencia de 140 caballos. La caja automática es de cuatro velocidades, con un funcionamiento rápido y que no presenta tironeos al hacer los cambios de marcha.
Además, presenta dos elementos interesantes. Uno es la posibilidad de elegir un modo Winter (invierno) mediante un pulsador ubicado al costado de la palanca selectora que dosifica el torque suministrado a las ruedas para reducir la posibilidad de que las ruedas patinen. Este modo es ideal para transitar en lluvia o en pisos resbaladizos en general.
El otro elemento útil es el Overdrive (sobremarcha) que se acciona desde un botón ubicado en la palanca y hace que sólo trabaje con las tres primeras marchas sin pasar a cuarta. Con esto se logra mantener el motor en un régimen alto de revoluciones beneficiando las situaciones de trepada o en caso de que se requiera una rápida reacción.
La selectora tiene las posiciones P (Parking), R (Reversa), N (Neutral), D (Directa), 2 (no pasa de 2ª), 1 (no pasa de 1ª). Se puede criticar que no están indicadas en la base de la palanca las distintas posiciones que va adoptando y para saber en qué posición está se debe recurrir al indicador luminoso ubicado en el reloj del tablero.
Manejo Este Scenic mantiene las características de andar sereno y confortable, con escasa tendencia al rolido y suspensiones bien balanceadas. El motor tiene potencia suficiente como para darle un comportamiento ágil, que no pierde con la transmisión automática.
En situaciones de necesitar una buena aceleración como en el adelantamiento en ruta, con sólo demandar enérgicamente la potencia al acelerador, baja un cambio, sube de régimen y exhibe una muy buena elasticidad.
Las pruebas fueron realizadas con el auto descargado, pero a priori se puede suponer que no perderá mucho sus cualidades con la familia y el equipaje de las vacaciones arriba.
La velocidad máxima que puede alcanzar es de 185 km/h, mientras que el consumo no es lo mejor que tiene para exhibir: rinde en un mix de ciudad y ruta 9,6 km por cada litro de nafta, en ciudad rinde 8,6 y en ruta da 10,5. Con el tanque de combustible de 60 litros, este Scenic tiene una autonomía teórica de 630 km, una distancia que resulta algo corta.
Funcionalidad y confort Concebido como un producto para la familia y los viajes, el Scenic presenta una buena habitabilidad, con espacio suficiente para las piernas adelante y atrás.
La butaca del conductor se regula en altura, mientras que las plazas traseras poseen tres butacas individuales que tienen desplazamiento longitudinal, son rebatibles, reclinables y además extraíbles individualmente mediante una simple operación. La funcionalidad de los asientos es uno de los puntos más fuertes de este vehículo.
La posición de manejo es correcta con una buena visibilidad de los controles, pero con algunos puntos flojos a saber: los alzacristales eléctricos (de las ventanillas delanteras) están en una posición incómoda muy abajo en la puerta, y lo peor es que los botones para los vidrios traseros están en el torpedo a la izquierda y abajo. En ese sector también se ubican, en este caso razonablemente, el regulador de altura de faros y el reóstato del tablero.
En el tablero se ubican cuatro relojes (velocímetro, tacómetro, combustible y refrigerante) con un indicador de la posición de la caja. En el medio se ubica el display de la computadora de abordo que informa consumos, distancias recorridas y autonomía entre otros datos. También aparece allí la información del equipo de música, la hora y la temperatura exterior.
Los portaobjetos son numerosos y amplios -con la pequeña guantera y dos posavasos inestables como únicas excepciones- y con algunas ingeniosas soluciones.
En ese sentido se puede mencionar el cajoncito debajo del asiento del acompañante, dos amplios espacios bajo el piso delante de los asientos posteriores, dos gavetas "secretas" en el piso debajo de las plazas traseras, y otras dos en los laterales del baúl. También tiene un portalentes y dos portabotellas
En materia de equipamiento, posee aire acondicionado, dirección asistida, faros antiniebla delanteros y traseros, una toma adicional de 12 voltios, radio con CD con control satelital al volante, doble airbag, frenos con antibloqueo ABS, y mesitas tipo avión. Como únicos faltante, el Scenic ya merecería traer techo corredizo solar eléctrico.
Este Scenic 2.0 automático con tapizados de cuero tiene un precio de 63.950 pesos, casi 7 mil más que la versión similar con caja manual e idéntica motorización. Esta versión del Scenic se presenta como una opción para clientes habituados a vehículos de segmentos superiores que son adeptos a las transmisiones automáticas o para aquellos que se cansaron de pisar el embrague. Un par de faltantes en equipamiento y una autonomía limitada se anotan en la columna del "debe", pero pese a su mayor precio, el balance es positivo por su performance, funcionalidad, andar y elementos de confort.
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