Un pedido que vino desde la isla

La médica cubana Hilda Molina le pidió ayer a su hijo, Roberto Quiñones, que no viaje a La Habana, en medio de las negociaciones abiertas para que se produzca el reencuentro familiar.

Molina señaló que su madre, quien hoy cumple 86 años y también quiere viajar a la Argentina, "le suplicó que, como regalo de cumpleaños, se quite de la cabeza el pensamiento de venir a Cuba".

La médica señaló también que a su hijo "lo esperan en lugares públicos y los desplazados de Argentina a quienes les paga la embajada cubana le dicen «gusano, apátrida que trabaja para Bush»".

"Esas son personas preparadas en mi opinión por la embajada cubana en Buenos Aires, entonces ¿qué no le puede pasar aquí en Cuba?", se preguntó. Y agregó para reforzar su rechazo al viaje de Quiñones que "el gobierno cubano sabe que mi hijo es mi talón de Aquiles".

También agradeció al ex funcionario de la Cancillería Eduardo Valdés que haya aceptado asesorar a la familia con el objetivo de conseguir un permiso del gobierno cubano para que se reencuentren en la Argentina.

Molina destacó que Valdés es "un excelente jurista, un hombre excelente", quien fue "fiel" a la "causa" y que "está dispuesto a seguir desde su posición de abogado asesorando a la familia".

La científica además agradeció al encargado de la embajada argentina en La Habana, Eduardo Gómez, quien le señaló que "el gobierno argentino continuaba en sus gestiones con este caso", lo cual es considerado de "tipo humanitario".