| domingo, 09 de enero de 2005 | Borghello recordó su lesión y el apoyo del Tolo Luis Castro / La Capital No todo fue color de rosas para Iván Emilio Borghello. Claro, ahora continúa disfrutando del título conseguido con Newell's semanas atrás sabiendo que ingresó por la puerta grande en la historia de su querido club. Pero antes de todo esto, el Memo debió soportar una dura lesión que lo marginó de las canchas por ocho meses y pelearla rodeado de sus afectos cuando le habían dicho que no iba a poder volver a jugar al fútbol. Desde ese momento pensó que su carrera iba a quedar trunca cuando recién comenzaba a carretear por las canchas de primera división.
A partir de ese momento comenzó el calvario, y sin importarle lo que le decían luchó para cambiar lo que parecía un destino escrito no deseado. La ruptura del ligamento cruzado anterior y de los meniscos de la rodilla izquierda en una práctica le había puesto un freno a su ascendente carrera, pero a pesar de eso la luchó para volver a tener una nueva chance. "Viví una situación muy complicada. Porque en esa oportunidad podía empezar a jugar y se juntó el momento de firmar un contrato. Fue difícil por todo eso, porque en la etapa donde más tenés que demostrar no podía hacer nada. Después estaba todo lo que me pasó por la cabeza. En un momento me dijeron que no iba a poder seguir, pero de todas maneras luché igual. Sinceramente, tuve que soportar un momento muy feo", cuenta en la charla con Ovacion en la lluviosa mañana de ayer en Bella Vista.
El delantero de Paraná, que el 21 del corriente cumplirá 22 años, aún se emociona cuando relata el mal trance que tuvo que sortear. Una situación que, como era lógico, lo afectó en lo psicológico. "Yo me hacía la cabeza. No podía evitar eso, había luchado para llegar pero hubo algo que me frenó. De repente no poder ejercer la profesión que había elegido... Era lo único que tenía en la cabeza".
-¿Pensabas en que tal vez ibas a tener que dedicarte a otra cosa?
-Por suerte no llegué a la desesperación de decir qué hago. Pero siempre estaba esa incertidumbre. De última si tenía que salir a laburar, no hay problemas, je.
-Debido a lo que tuviste que soportar, ¿fue el año de la revancha?
-Fue lindo porque estuve mal cuando me lesioné y pude demostrar que podía jugar en la primera. Logré superar eso y mantuve la confianza que tenía haciendo las inferiores y esperando el momento de hacerlo en primera. Después apareció la incertidumbre de saber si a la hora de la verdad podía aprobar los exámenes. Por suerte me tocó jugar, a veces bien y en otras ocasiones mal. Yo mentalmente sé que puedo estar en una primera.
-Gallego fue uno de los que te apoyó mucho, más allá de eso, ¿qué te dejó?
-Fue un año espectacular a nivel aprendizaje y el roce con gente de experiencia como el cuerpo técnico que se fue. Me enseñó desde lo táctico a la forma de pensar, de ir siempre para adelante a pesar de jugar contra un apellido destacado o tener que pelear un lugar con una figura. A nivel humano me dejó mucho. Un poco de nostalgia queda después de todo lo que se logró.
-Muchos técnicos no se arriesgan a poner a los pibes, sino que acuden a los que tienen un apellido hecho.
-Sí, por eso soy un agradecido. Cuando me tuvo que poner me puso y me bancó. Hubo un momento que jugaba y no andaba bien con el arco, pero como corría y metía y mis compañeros rescataban eso Gallego vino y me dijo: "Yo me juego la cabeza por vos porque te tengo confianza, no me importan los apellidos". Yo lo valoré, pero ahora lo hago mucho más. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Borghello asegura que no se volvió loco cuando la posibilidad de largar el fútbol estuvo latente debido a su grave lesión. | | |