| domingo, 02 de enero de 2005 | Niños más protegidos A mediados de la década del sesenta, una serie de accidentes protagonizados por el Chevrolet Corvair desencadenó en los EEUU una campaña de prevención en busca de formas de salvar la vida de los pasajeros de automóviles. Por aquel entonces se planteó por primera vez la necesidad de equipar a los vehículos de dispositivos de seguridad como los cinturones de seguridad o las butacas para chicos. Aunque estas últimas habían sido desarrolladas en la década anterior como dispositivos relacionados con el confort, es recién en los sesenta que comienzan a ser evaluadas como medios de seguridad, capaces de salvaguardar la integridad física de los pasajeros más pequeños.
Como las lesiones traumáticas no intencionales (forma moderna de referirse a los accidentes) constituyen la tercera causa de muerte para todas las edades, las nuevas normativas de tránsito obligan a todos los pasajeros de automóviles (conductor y acompañantes) a utilizar dispositivos de anclaje.
Sin embargo, según señala el doctor Fiorentino, jefe del Departamento de Urgencias del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez "estos pueden ocasionar graves inconvenientes y lesiones cuando no son utilizados en forma adecuada, y en ese sentido queremos alertar para que el remedio no sea peor que la enfermedad".
A lo que apunta el especialista es a que los bebes y pequeños viajen en butacas especialmente diseñadas para ellos: "Estos sistemas de seguridad y protección han sido desarrollados interpretando la anatomía del niño, su crecimiento y las características propias del comportamiento infantil. En ese sentido, se reconoce el resultado de una minuciosa investigación a través de los ensayos que se realizan en los testeos de impactos con simuladores", acotó.
Según Fiorentino, utilizados correctamente, estos implementos "proporcionan una gran inmovilización y sujeción, siendo un método confiable en términos de seguridad pasiva". Se ha demostrado que el uso correcto de estas butacas reduce el riesgo de muerte en lactantes y en niños de entre 1 y 4 años. Además, agrega el experto, "las lesiones que sufren los niños sujetados adecuadamente se circunscriben a lesiones menores".
Prevención a medida "Los bebés y los niños tienen medidas antropométricas muy diferentes al promedio de los adultos, para los que se diseñan sistemas de seguridad como los cinturones", explica el doctor Fiorentino. Una de esas diferencias se manifiesta en que en los niños "la banda diagonal del cinturón que corresponde al hombro no se apoya en éste sino sobre el cuello, pudiendo producir lesiones cervicales".
En cambio, agrega, que "para los lactantes se emplean asientos fijos con arnés que es amarrado al asiento con el mismo cinturón de seguridad. La silla debe estar orientada hacia atrás para proteger la columna vertebral". Para los chicos de entre 10 y 20 kilos de peso se recomienda utilizar estos mismos asientos, pero orientados hacia adelante. "Hay diversos tipos de arneses empleados para asegurarlos en el asiento, y además las sillas disponen de un broche para que las correas del hombro no se desplacen", continúa.
En cuanto a los que pesan más de 20 kilos, que no se adaptan a los asientos mencionados ni a los cinturones de seguridad de los adultos, se recomienda recurrir a cojines especiales que "corrigen la incompatibilidad de ajuste del cinturón, y además reducen la posibilidad de lesiones causadas por la posición alta del cinturón si no estuviera acojinado", concluye el doctor Fiorentino. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |