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 domingo, 02 de enero de 2005  
Tragedia. Escenas de espanto e impotencia fueron corolarios de un triste fin de año
El peor desastre no natural en la Argentina
Cuando promediaba la primera canción de Callejeros, una bengala transformó el local en una trampa mortal

Eran las 22.50 del jueves 30 de diciembre cuando el cuartel de Bomberos de la Policía Federal recibió el primer llamado de alerta: una bengala lanzada hacia el techo, revestido en gomapluma y tela, del local bailable República de Cromagnón del porteño barrio de Once, generó un incendio que rápidamente se propagó y convirtió el lugar en un infierno de humo y fuego en menos de cinco minutos.

Cerca de media hora antes, según los distintos testimonios recogidos, aún no coincidentes del todo, indican que entre uno y tres chicos, lanzaron luces de bengala, cuando el grupo de rock Callejeros acababa de iniciar su recital.

Promediaba la primera canción planeada para el recital, en el que se presentarían canciones del tercer disco de la banda, "Rocanroles sin destino", cuando los más de cuatro mil espectadores, la enorme mayoría adolescentes, aunque también había adultos y muchos niños, quedó envuelta en una nube de humo y de fuego y pugnó por escapar.

Las avalanchas humanas se formaron en segundos, y cuando intentaron escapar de la trampa se encontraron con que la puerta principal estaba cerrada -porque los guardias la mantenían así para evitar que ingresara gente sin haber pagado la entrada- y la única puerta de emergencia que fue localizada, estaba cerrada con alambres y candados.

La gente que estaba en el primer piso, en el salón VIP del local, comenzó a arrojarse desesperada hacia la planta baja porque el fuego rápidamente se extendió por todo el techo. "Ví como una bola de fuego, del tamaño de una pelotita de tenis, en el techo", relató una testigo, quien de inmediato se dio cuenta que ocurriría una tragedia y advirtió que no había ningún matafuegos a la vista.


El barman advirtió el peligro
El barman vio el fuego y atinó a abrir la puerta de emergencia cuando descubrió que estaba cerrada. Sólo entre muchos, a los empujones, pudieron abrirla, pero no alcanzó para salvar de la asfixia a cientos de jóvenes y niños. Dijo que no hubo ni tiempo de buscar las mangueras para apagar las llamas.

En el baño de mujeres del local se había improvisado una guardería donde estaban los hijos de algunos de los miembros del grupo de rock. Allí había, según cifras provisorias, varios chicos y bebés, de los cuales 12 resultaron víctimas del desastre.

Sólo los sobrevivientes a la tragedia pudieron dar una idea de las escenas dantescas que se generaron. Corridas, tumultos, gritos, pisotones, desesperación, gente tomada por las llamas y la enorme mayoría, asfixiándose por el humo que generó.

Las primeras imágenes registradas por el canal de cable Crónica dieron testimonio del momento que se estaba viviendo. Cientos de jóvenes, casi todos con el torso desnudo, muchos sólo en calzoncillos, salían espantados mientras trataban de ayudar a las cientos de víctimas.

En la madrugada, la cifra de heridos que se informaba era de 375, pero crecería al doble de manera sostenida con el correr de las horas. Una multitud de gente ennegrecida por el humo colmó la calle Mitre y zonas aledañas, donde está ubicado el boliche. El fuego se apagó rápido, pero el humo fue la causa de la muerte de la mayoría de las víctimas.


Todo el mundo ayudó
Primero vecinos, colectiveros, taxistas, iniciaron el rescate, luego comenzaron a llegar los equipos, más de 600 personas entre médicos, paramédicos, policías y bomberos fueron a intentar ordenar el caos. Casi 900 personas, entre heridos y muertos, fueron trasladados a los hospitales y sanatorios privados, colapsando los servicios.

Poco antes de las 9 de la mañana del viernes, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, confirmó que el fuego se inició "por el lanzamiento de una bengala y un fuego artificial" contra el techo del local. Al mismo tiempo, el gobierno de la Ciudad comenzaba a concentrar la información en la unidad de Gestión Participativa 2 Sur (CGP2), de Junín 521, en los hospitales y, finalmente, en la morgue, donde se dieron las primeras listas de las víctimas. En tanto que desde la comisaría 7ª, con jurisdicción en la zona, se convocaba a eventuales testigos para que aporten datos sobre el hecho. (Télam y DyN)
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