| domingo, 02 de enero de 2005 | "Rosario y la región seguirán con fuerte impulso" Este año habrá un antes y un después luego de la salida del default y para Eduardo Remolins el escenario que llegue a posteriori dependerá del porcentaje de aceptación del canje de la deuda. "La salida del canje es exitosa con un 75% de aprobación de los bonistas", disparó el economistas.
Si los números se mantienen en estos márgenes, el analista coincide con la mayoría de los economistas que prevén un PBI para 2005 de entre 5 y 6% y hasta se anima a pronosticar una corrección hacía arriba, "algo razonable por el ritmo que tiene la economía".
Además, estima una normalización en la situación financiera del país por la llegada de inversiones y una baja del tipo de cambio real, tal vez llevando al dólar a 2,80 o 2,85 por cada peso.
Por otra parte, Remolins sostiene que la inflación de 2005 se mantendrá en un dígito, probablemente entre 5 y 7% anual. El especialista vincula la variación directamente con el comportamiento del dólar.
En lo que respecta a las inversiones, el crecimiento de la industria dependerá directamente del comportamiento de los hombres de negocio y si se deciden a ampliar la capacidad instalada, sostiene. "Si se dan señales para que los empresarios inviertan se sostendrá el crecimiento industrial, si no se desacelerará", señaló Remolins.
Una incógnita En cuanto, a la tasa de desempleo y su evolución durante 2005, el economista estima que bajará un punto aunque señala que "en Rosario es toda una incógnita" porque el nivel de actividad es interesante pero también crece la demanda.
No obstante, apunta que el desarrollo de Rosario tendrá un fuerte impulso gracias a los proyectos inmobiliarios sobre la costa en el parque Scalabrini Ortiz, además de los ingresos del sector agropecuario. "En la ciudad la construcción puede mantener el nivel de crecimiento, y esta vez no sólo por el tradicional edificio que construyó el chacarero que no quiso depositar su plata en el banco sino por proyectos de gran envergadura", señaló.
En tanto, el campo tendrá que seguir cómo evoluciona la roya en Estados Unidos y Brasil para ver si se produce algún cambio en el precio de la soja, seguramente a la alza siempre y cuando la enfermedad no afecte a la Argentina, estimó.
En este sentido, precisó que las variaciones en las exportaciones dependerán del precio de la soja y del petróleo porque en los últimos dos años las variaciones se dieron por el precio y no por el volumen. En cuanto a las importaciones, considera que podrían aumentar por el deterioro de la competitividad ligada a la baja del dólar. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Eduardo Remolins. | | |