| domingo, 26 de diciembre de 2004 | Nota de tapa. Las cosas que nos pasaron Historias, personajes y hechos que marcaron un año Osvaldo Aguirre y Paola Irurtia / La Capital Escritores, periodistas, dirigentes sociales y artistas cuentan y analizan los acontecimientos que se vivieron en el 2004. Mónica Alfonso / Actriz Lo que más me gustó es La hora del cuento, un proyecto implementado desde la secretaría de Cultura municipal. Que haya voluntarios, gente solidaria que esté trabajando en los lugares donde más se necesita la palabra y que estén creando espacios de comunicación en los lugares donde es más necesario: centros Crecer, geriátricos, vecinales. Me parece muy importante que sea un proyecto institucional, que abarca la ciudad. Hay un montón de gente que predica el voluntariado de lectura o que se da cuenta que la narración es importante, pero digamos que lo hacen de una forma esporádica, individual.
Lo que menos me gusta es que no se resuelvan las cuestiones de trabajo, que siga habiendo esta desprotección con la infancia, que haya adolescentes sin rumbo, sin futuro. Sobre todo a los adolescentes los veo totalmente desamparados. Y seguimos emparchando sin soluciones de fondo la situación de los docentes. Nos llenamos la boca diciendo que los docentes son la base del futuro y que de ellos depende el futuro, pero siguen teniendo un valor de monedas para los políticos.
Luis Baggiolini / Investigador y docente universitario Lo mejor: el nuevo empuje que tuvo Rosario en la segunda parte del año. No sólo por el Congreso de la Lengua o por la inauguración del Museo de Arte Contemporáneo, sino fundamentalmente por la creciente oferta cultural, la gran cantidad de bares y restaurantes, la multiplicidad de espectáculos, eventos, la variada vida nocturna. Que una ciudad que no depende de la burocracia provincial o nacional ni del patriciado conservador de las capitales provinciales, tenga vida propia y pueda generar su propia estrategia de crecimiento, autónomo y progresista, en el árido mapa político nacional, me parece un logro de todos los rosarinos.
Lo peor: dos sucesos que aunque parezcan no tener relación son, no obstante complementarios y con idéntica orientación ética y política: la débil y ambigua actitud del gobierno nacional con el caso de la médica cubana Hilda Molina y su hijo, el médico cubano nacionalizado argentino Roberto Quiñones, yla censura judicial de la retrospectiva de León Ferrari, impulsada, entre otros, por la defensora del pueblo Alicia Pierini.
Ambas son muestras, tanto del gobierno nacional como de parte de la sociedad (la principal política de la oposición, Elisa Carrió, apoyó el cierre de la exposición), de la dificultad que tienen en respetar las libertades políticas, artísticas, personales. Aceptar que la diferencia es el fundamento de la vida democrática y que una muestra artística es una buena manera de expresarla, como defender a ultranza el derecho que tienen los hombres (y las mujeres) de circular libremente más allá de las fronteras nacionales, parecen ser dos aspectos ineludibles del respeto de la libertad que nuestro gobierno y buena parte de nuestra sociedad no han sabido incorporar como valores de la condición humana.
Rubén Chababo / Director del Museo de la Memoria A nivel nacional el 2004 fue un año en el que se logró consolidar, entre otras cuestiones, la importancia de los derechos humanos como cuestión de Estado. La reapertura de los juicios a los responsables de atrocidades durante la última dictadura y la recuperación de nuevos nietos por parte de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, pueden ser leídos como acontecimientos verdaderamente celebratorios. Quedan pendientes impostergables decisiones en el orden económico que garanticen una distribución más equitativa de la riqueza para terminar de manera definitiva con la injusta realidad de la miseria.
A nivel local no cabe duda que comenzó a percibirse un saludable y necesario abandono del matiz aldeano y provinciano de ciudad que la caracterizaba para ir detrás de su sueño metropolitano. Rosario demostró en el 2004 poder comenzar a entablar un diálogo de paridad con otras ciudades fuertes del país y el mundo al poner sobre la escena cotidiana su increíble potencialidad en el campo cultural. La decisión del Ejecutivo de cumplir con la promesa de compra del inmueble de Córdoba y Moreno para el emplazamiento del Museo de la Memoria, la inauguración de los Silos Davis, la nueva dinámica impresa al Museo de la Ciudad y la instalación del Museo de Arte Oriental son decisiones centrales en la política cultural que habrán de capitalizarse a muy corto plazo.
Susana Dezorzi / Directora del Centro Cultural Parque de España Lo mejor de 2004 fue el logro del Congreso de la Lengua en Rosario. Por las razones obvias, claro está, pero sobre todo por la participación popular y los discursos críticos que desató. Lo peor, la censura y la estrechez de miras que determinaron la clausura anticipada de la muestra de León Ferrari; la persistencia de la exclusión social en medio de la declamada recuperación argentina.
Darwinia Galicchio / Madre y Abuela de Plaza de Mayo En cuanto a Derechos Humanos el presidente está muy acertado en la forma de tratarnos, tenemos una imagen muy buena de él, acostumbradas a que ningún presidente nos diera bolilla. Pienso en lo que hizo en la Esma, con las presiones que debe haber recibido. Pero hay cosas que no me gustan para nada. Que lo liberen a (ex policía provincial Mario) Marcote, que sabemos que ha torturado, nos deja un sabor muy amargo. Teníamos tanta confianza al abrir la causa Feced. Y ahora tenemos miedo.
Tampoco me gusta el caso Blumberg, con un hombre que no sabemos la sorpresa que nos va a dar. Me parece espantosa la venida del ilustre monarca (Carlos Menem). Las presiones del Fondo Monetario, las relaciones con Cuba, que no están claras, y las elecciones en Estados Unidos nos preocupan.
A las Madres, lo que más nos preocupa es la niñez, la falta de educación, el hambre, la desocupación. Nos quejamos después, pero nadie nace delincuente, nos formamos como personas de acuerdo a como somos tratados.
Esas son las grandes decepciones. Perdimos una generación de chicos que querían ser dirigentes honestos. Eran cultos, inteligentes. Ahora esperamos que los jóvenes tomen nuestras banderas.
Alicia Kozameh / Escritora A pesar de mi constante interés y de las intensas emociones que experimento por todo lo que sucede en Argentina, a pesar de que leo los diarios argentinos en internet todas las mañanas, la realidad es que desde Los Angeles siento la reelección de Bush como el peso de una catástrofe. Y esa sensación tiñe, por el momento, cualquier noticia histórica positiva, dándole un tono de cierta tenuedad, haciéndola un poco menos disfrutable. Y me refiero a ciertos chispazos de ejercicio de la justicia como el encarcelamiento a asesinos y torturadores de nuestro país, como al próximo juzgamiento de Pinochet, entre otros.
De todo lo que haya sucedido de importancia durante el 2004 la reelección de Bush es el hecho que más marca los destinos del mundo. Es el triunfo de la irracionalidad, del abuso de poder, del desprecio por los recursos terrestres, de la ignorancia, de la manipulación política y del agravio hacia la raza humana. Eso para sintetizar.
Pero así como el poder de esa “victoria” se desencadena desde Washington hacia direcciones diversas y presiona aquí y allá, atemoriza e intimida, produce odios y depresiones, se van fortaleciendo en el mundo los brillos de las múltiples resistencias necesarias para sobrevivir los cuatro años que vienen. En el mundo y en Estados Unidos. Y en California. Y en Los Angeles.
Los Angeles, 21 de diciembre de 2004.
Manuel López de Tejada / Escritor Sin lugar a dudas, lo bueno fue el campeonato logrado por Newell's. Cosas malas no, en general ha sido un buen año.
Gerardo Martínez Lo Ré / Periodista Sin duda, el campeonato de Newell's empañó un año que podría haber dejado más cosas positivas.
Más allá del cholulismo, me pareció interesante la sensación que vivió la ciudad durante el Congreso de la Lengua, un tema que resulta inevitable en un balance. Más allá de todo, la ciudad vivió unos días de fiesta, como si se hubiera tomado vacaciones.
Otra cosa buena fue la reapertura de la Causa Feced, y la impugnación de las leyes de impunidad. Esperamos que la justicia continúe en ese camino y los logros no se opaquen con las últimas liberaciones.
Y el logro de Foetra, (un aumento de un 30 por ciento en su salario) que abrió un camino, con un esperable efecto dominó para los otros gremios.
Lo negativo es comprobar que los números muestran una realidad distinta de la que en general se expande: las cifras del desempleo aumentan aunque la sensación es que la economía crece. Y la “blumberización” de la sociedad, que pide seguridad a cualquier precio y promueve la desconfianza en el otro.
Marcelo Mogueta / Periodista Es amplio el espectro, pero lo mejor del año me parece obvio en vista y considerando de quién soy hincha. Cualquier otro aspecto negativo que incluya desde un dolor de muelas a las 3 de la mañana o cualquier otra cosa queda en segundo o tercer grado. Mi alegría del año fue el campeonato de Newells. Que te paguen con billetes del estanciero, o con tickets que no aceptan en ningún lado queda atrás. Sacando el campeonato, me parece buena la realización y la perdurabilidad en el tiempo de diferentes festivales relacionados a géneros musicales: el festival de Jazz, Rosario es el rock and roll, el festival de blues. Que todos esos festivales no sean tormenta de verano me parece un buen camino por el lado de la música. Hubiera sido más completo el año si Central hubiera descendido.
Si algo me molestó es el especial énfasis que pusieron funcionarios desde el ejecutivo nacional, provincial, municipal y desde muchos medios de comunicación para hacernos creer a todos los ciudadanos que íbamos a ser ampliamente beneficiados con la realización del Congreso de la Lengua. Hasta el día de hoy me estoy preguntando cuál es el beneficio que alcanza a todos como para hacernos a todos partícipes o vernos compenetrados con ello al punto de promocionar hacernos pintar la casa por donde iba a pasar la reina. Cuando por otro lado iba a ser algo cuyo acceso estaba vedado al “nosotros”. Me resultó por demás de contradictorio. Pero espero que se vuelva a hacer pronto así terminan el acceso sur de bulevar Oroño, que a lo mejor llega para el próximo Congreso.
María Luisa Mugica / Historiadora El miércoles 28 de enero de 2004 apareció muerta Sandra Cabrera, la activa dirigente local de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina). Fue brutalmente asesinada y ese crimen aún permanece impune. Un tiro en la nuca, los pantalones bajos y las consabidas imputaciones pretendieron volver las miradas, como tantas veces, sobre la víctima tratando de restarle legitimidad a los reclamos que estaba llevando adelante.
El crimen se produjo en el marco de denuncias que mostraban una red añeja en la que la policía aprovechando la relación desigual de fuerzas respecto de las prostitutas callejeras las obliga/ba a pagar coimas para poder seguir estando en la calle. Y también se dio en una circunstancia especial, de militancia fuerte en la que Cabrera estaba comprometida, la lucha por la derogación de tres artículos del Código de Faltas: ofensa al pudor, prostitución escandalosa y travestismo. Los dos primeros artículos son restos de las viejas normativas que pesaron en nuestro país sobre la prostitución y las casas en las que se ejercía. Esas reglamentaciones perduraron hasta 1936, época en que Argentina se transformó en un país abolicionista. La derogación de esos artículos apunta fundamentalmente a evitar las situaciones de opresión —aunque probablemente no se eliminen todas— que se generan fundamentalmente entre las prostitutas callejeras y la policía.
Encontrar y castigar al culpable del asesinato y derogar los artículos del Código de Faltas son deudas del poder político.
Andrea Ostera / Artista Me parece realmente buenísima la movida que se está dando con la Vigil y la cantidad de espacios nuevos para el arte y la cultura, como la Isla de los Inventos y el Museo de Arte Contemporáneo. Desde la vida cotidiana, hay muchos mas árboles en la ciudad y los containers azules que pusieron delante de mi casa y hacen que la calle esté mucho mas linda, sólo que afecta a muy poca gente.
Entre las cosas malas, veo que cada vez hay más pobres y son más pobres. Me pareció terrible la gente pidiendo mano dura, en general, aunque pienso en particular en la manifestación de Blumberg. Y la censura en el arte —no sólo la de León Ferrari, sino ahora la de Córdoba— y en otros ámbitos, como en la prensa. Otra cosa que me pareció terrible fueron los incendios en la isla, pero no por el humo que tuvimos que soportar, sino por el desprecio del medio ambiente.
Popono / Cantante El 2004 fue de menor a mayor, en creciente, por un montón de cosas. En la banda cambiamos de batero y de guitarrista. Nos costó mucho, pero ahora vale la pena porque sonamos mucho mejor. Estamos muy bien, vamos a tocar en Cosquín Rock. Sacamos un disco y grabamos otro que va a salir cuando termine el verano. Diría que empezó regular, por todos los problemas que tuvimos y terminó muy bien, con expectativas para el 2005 mayores todavía.
Con respecto a la ciudad, también fue un buen año. Tuvo mucha publicidad en todo el país y hasta en otros países. En turismo, he visto gente hablando en otros idiomas en la calle, hacía muchos años que no pasaba eso acá. El río creció de menor a mayor con los años, se disfruta más y podría ser más todavía. Después, tenés los problemas de una ciudad. A los barrios no les dan pelota El centro está muy lindo, muy arreglado, pintadito por el Congreso de la Lengua, pero te vas a los barrios y ahí no hay cloacas, ni pavimento.
Con respecto al país, la verdad que ya no sé qué pensar. Bueno, éste es nuestro país.
Eduardo Sguiglia / Escritor y economista Lo mejor del 2004 fue el ritmo ascendente de la economía, aunque sus frutos no llegaron a todos los hogares. Espero que el próximo año se avance en la distribución de la riqueza, en la creación de mejores empleos, y en los métodos y calidad de la política. En Rosario, cuna de campeones, las palmas le corresponden al Congreso de la Lengua.
Elida Sonzogni / Historiadora La encuesta me parece una invitación adecuada para reflexionar desde una perspectiva histórica. En este sentido, vuelvo a retomar los dichos del viejo historiador Eric Hobsbawm, cuando acertó a sintetizar al pasado siglo XX, como la “era de los extremos”. El tercer milenio pareciera iniciarse bajo el mismo estigma: grandes avances científicos y técnicos neutralizados por las aberraciones contra la humanidad. Los adelantos que en el campo de la biología y de la medicina pronostican un sistemático embate al HIV, al cáncer y a otras enfermedades hasta ahora terminales, pugnan frente a otras catástrofes provocadas por la mano del hombre.
A nivel internacional, la impunidad del imperio comandado por el inefable George W.Bush (digo inefable en el sentido de que no se puede hablar de él) reproduce el holocausto de la segunda guerra mundial, así como el crónico enfrentamiento entre israelíes y palestinos trae reminiscencias del nazismo. Son todas violencias que engendran respuestas también violentas como los atentados en Madrid del 11 de marzo. No obstante, de esas contradicciones emergieron otras respuestas, como ocurrió en las elecciones españolas de ese mismo mes, que revirtieron las tendencias electorales. De la misma manera y más allá de las disensiones que puedan abrigarse sobre los proyectos renovadores que se dan en variados países de América Latina, se asiste a un fortalecimiento de los posicionamientos con fuerte carga antiliberal.
En lo que se refiere al ámbito de nuestro país, creo que el elemento clave para interpretar la realidad que nos toca vivir deriva de los procesos abiertos hace tres años, cuya naturaleza es aún confusa y contradictoria. Más allá de ciertos maquillajes efectuados en la gestión presidencial, que procuran distanciarse de las prácticas ejercidas durante los últimos veinte años, se observan otros procesos que expresan las nuevas formas de la protesta social. Por una parte, las modalidades autogestionarias que la clase obrera ha asumido. Por otra, el colectivo concentrado en las múltiples parcialidades del movimiento piquetero. Finalmente, siguiendo con la pervivencia de los elementos heterogéneos y a su vez contradictorios, la ciudadanía reclama esporádicamente la “democratización“ de la democracia. Y este reclamo se da en todos los frentes en los que se exprese la dinámica y la participación política en el más amplio sentido: la justicia, las instituciones estatales, la actividad gremial, los grupos de interés constituyen escenario en donde se visualiza el antagonismo entre formas autoritarias y democráticas, entre tradiciones fundamentalistas y concepciones de tolerancia y solidaridad. Ojalá que en esta lucha, vayan triunfando las segundas.
Esther Stekelberg / Periodista Hay algo que llamo un desequilibrio, una incoherencia entre las cosas, que en realidad es la ampliación de la brecha. Hay cosas que aparentemente son buenas, parecen que hubieran dado vuelta la tortilla, pero en realidad es que la brecha entre lo bueno y lo malo se ha profundizado. Los shoppings que se abrieron, por ejemplo: si uno entra, durante un tiempo parece que estuviera en una burbuja, pero afuera está ese telón de casas que tienen 50, 60 años. Y esa es la realidad, no la de dos horas en la burbuja. Eso, en chiquito, es el reflejo de lo que es el país.
En Derechos Humanos el país vivió una alegría infernal, pero en las últimas semanas la Justicia nos taladró la cabeza con fallos en los que confirmó la constitucionalidad de las leyes de impunidad, la liberación de represores. Da la idea de haber vuelto a la Década Infame, si es que alguna vez nos fuimos.
En lo económico, acá hay un millón de personas y sólo un 10 por ciento que tiene buen poder adquisitivo, compran cosas, llenan los negocios, andan en las calles —en una parte de las calles— con autos impresionantes. Son 100 mil que dan la sensación de que la ciudad está espléndida. Pero la realidad es otra, el resto, 900 mil, no tiene nada resuelto y se sigue muriendo de hambre. Están bien el Congreso (de la Lengua), lo que se hizo en la ciudad, está bueno poder pasear por el río, los ex silos Davis, todo eso está bárbaro; pero no nos olvidemos lo que hay detrás de eso.
Jorge Testero / Miembro del Consejo Editorial del Centro Cultural de la Cooperación La principal cuestión fue la evolución de la situación política y las consecuencias del doble discurso oficial. Desde las relaciones internas, el balanceo entre la transversalidad y el acuerdo PJ, hasta las relaciones internacionales con posturas “progres” en el discurso pero enviando tropas a Haití y siendo objetivamente instrumento del hostigamiento imperialista a Cuba.
Creo que hubo una fracción importante de argentinos que se sintió primero aliviado y luego adherente de la política del gobierno. Al no modificarse las cuestiones de fondo y al afirmarse todas las tendencias negativas en lo social (que a simple vista surge sin necesidad de acudir a las estadísticas) esta sensación fue virando hacia el desencanto a pesar de los éxitos en cooptación y la vacilación de la oposición. La gran asignatura pendiente es la construcción de una alternativa política creíble que represente ese malestar y acumule las energías por el cambio.
Noemí Ulla / Escritora No alcanzarían las Señales para describir lo que nos pasó en el 2004.
Estupefacción ante los corruptos reincidentes declarados impunes, impotencia ante las masacres de Irak, bochorno ante el “No” a la educación sexual. Muestras salvajes de un país y de un mundo que al mismo tiempo alcanza también importantes progresos. ¿Vaivenes de la historia? ¿De qué poderes? La ciudad de Rosario, sede del III Congreso Internacional de la Lengua Española, el adiós a Leticia Cossettini, la mirada absorta del niño cartonero ante la ignorancia y el analfabetismo que lo signan, y un creciente número de los sin techo que duermen en los edificios históricos y plazas de la ciudad. ¿Cesarán los crímenes, los asaltos, los robos? La literatura, el cine, el arte ¿podrán imaginar otra realidad?
Luciano Zaccara / Analista político (Madrid) En España, la cuestión que más ha afectado a la sociedad tiene que ver, desde mi punto de vista, con el atentado que sufrió Madrid el 11 de marzo. Las consecuencias sociales, culturales y políticas fueron profundas, y marcaron no sólo un cambio de gobierno, sino también en la percepción de los españoles acerca de los inmigrantes, los árabe-musulmanes, Europa y Estados Unidos, y de la propia España. Los debates acerca de la identidad española y europea se han multiplicado, sobre todo teniendo en cuenta la candidatura de Turquía, país musulmán, a entrar en la Unión Europea.
Por otra parte, la idea acerca de los inmigrantes y su vinculación con el islamismo radical y los atentados del 11-M también ha influido en los debates sociales y políticos sobre la manera de integrar a los que vienen a España, sean musulmanes o no, y a la política exterior que debe seguir España, teniendo en cuenta el desastre que acarreó la guerra de Irak.
En otro ámbito, la victoria de Bush también ha traído debates y discusiones sobre qué pensar de EEUU y de las consecuencias que esto implicaría para el resto del planeta.
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