| domingo, 26 de diciembre de 2004 | El gobierno y el ejército chilenos preparan el funeral de Pinochet Santiago de Chile. - El gobierno y el Ejército de Chile discutieron el sábado pasado cómo enfrentar la muerte de Augusto Pinochet, luego que éste sufrió un desmayo en su casa de Santiago, y actualmente -pasada la crisis- revisan los planes para sus funerales, según publica hoy el diario "La Tercera".
La familia de Pinochet destacó que el nuevo accidente vascular del ex dictador fue uno de los episodios más graves en su salud del último tiempo, tanto así que autorizaron al capellán del Hospital Militar para entregarle la extremaunción.
La situación motivó -ese mismo sábado- la presencia en el recinto del jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, quien llegó en uniforme militar. Al día siguiente volvió al hospital, pero en traje de civil. Pinochet fue dado de alta este miércoles y está en su casa del acomodado barrio santiaguino de La Dehesa.
Para abogados querellantes en causas de derechos humanos, lo anterior sólo fue un "show" para presionar a los jueces a sobreseerlo en diversas causas, aceptando la tesis de la defensa de que padece una demencia subcortical originada en accidentes vasculares.
Sin embargo, "La Tercera" escribe que Cheyre, tras enterarse de la evolución de Pinochet, se comunicó con el ministro de Defensa, Jaime Ravinet, y con el ministro secretario general de gobierno, Francisco Vidal, para advertirles de un eventual desenlace fatal. Al respecto, se indica que el presidente chileno Ricardo Lagos reaccionó muy preocupado por los efectos de la muerte de Pinochet, de su significado simbólico, del impacto que tendría en la opinión pública chilena y extranjera, y que entonces se descubrió que faltaban detalles claves para los funerales.
La versión añade que el gobierno maneja un plan en líneas gruesas y que Lagos ya definió que no ordenará honores de Estado para Pinochet ni asistirá a la ceremonia, pues considera que ese tipo de rituales deberían estar restringidos a ex presidentes electos.
Se indica que darle el estatus de ex presidente haría surgir duras críticas dentro y fuera de la Concertación (conglomerado de gobierno), y sería un gesto incomprensible para gran parte de la comunidad internacional. Aunque el protocolo de Estado obligaría a dictar duelo nacional y otra serie de consideraciones rituales, La Moneda no está dispuesta a concederlos. (DPA) enviar nota por e-mail | | |