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 miércoles, 22 de diciembre de 2004  
Duermen a una pareja para robar 900 pesos que había ahorrado
Fue en villa Banana. Suponen que les pusieron algún barbitúrico en la bebida que consumieron

José Chávez y su esposa, Marilyn Sena, se recuperaban ayer en una cama del Hospital Carrasco y no recordaban nada de lo que había ocurrido antenoche en su humilde vivienda de villa Banana. Aún estaban semidormidos y sólo sabían que ya no tenían los 900 pesos que guardaban en una vieja heladera en desuso. Una fuente de la investigación policial presume que la pareja fue adormecida con barbitúricos mientras ingería alcohol. Y un vocero del centro asistencial señaló que el profundo sueño del matrimonio pudo ser inducido por un antidepresivo. Hasta anoche, los pesquisas no habían podido reconstruir cómo se esfumó el dinero. Tampoco conocían cómo y quiénes ingresaron a la vivienda para cometer el atraco.

Chávez tiene 27 años y desde hace tres meses no trabaja porque sufrió quemaduras tras estallar una caja de luz cuando construía veredas en la esquina de Córdoba y Mitre. El lunes a la noche cenó con su mujer, de 27 años, sus dos hijas y un cuñado en una casilla situada en el asentamiento precario enclavado en Rueda y Felipe Moré.

José y Marilyn se despidieron de su pariente a las 23 y se acostaron. Es lo último que recuerdan. La hija más pequeña de la pareja fue a dormir con la madre de José, Felisa Acosta, a una casa lindante. A las 8.30 de ayer, la nena de un año quiso regresar con sus padres y entonces la abuela la llevó.

"Cuando entré había un tremendo desorden. El televisor estaba encendido, el radiograbador tirado en el suelo y la puerta abierta", recordó la mujer.

José dormía profundamente cubierto con una sábana. Marilyn también. Sus brazos colgaban sobre los costados de la cama. En el medio estaba la otra hija del matrimonio, Florencia, de 3 años.

"Como me asusté mucho y empecé a llorar, mi nuera se despertó", explicó la mujer. Marilyn se levantó y posó la mirada sobre una vieja heladera que tenía la puerta abierta, donde guardaba los 900 pesos. "Me robaron la platita", alcanzó a decir luego de constatar que no estaba el efectivo. Después se desplomó al suelo.

José también se despertó y murmuró algunas palabras. Unos segundos después lo invadió una profunda somnolencia. El hermano de José, Manuel Chávez, vive en una casa cercana y se levantó de la cama para auxiliar a sus parientes. "Los dos estaban profundamente dormidos. Llamamos al Comando Radioeléctrico y lo llevaron al Carrasco", contó.

Ayer a la tarde, Manuel y Felisa declararon en la comisaría 13ª. Cerca de las 16.30 terminaron con el trámite y fueron al Hospital Carrasco, pero no pudieron hablar con la pareja, que todavía no se había despertado. "Aún no pudimos verlos y no sabemos que sustancia le dieron", explicó Manuel.
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