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 miércoles, 22 de diciembre de 2004  
Discos / Novedades
Catupecu Machu: "Este disco se pareció a un parto, sufrimos pero fue maravilloso"
Fernando Ruiz Díaz, el líder de la banda, dijo que "El número imperfecto" es otra reencarnación del grupo

Después de su disco más arriesgado, "Cuadros dentro de cuadros", Catupecu Machu regresa a las bateas con "El número imperfecto", un álbum que condensa las características de su discografía y retoma la potencia cruda de sus primeros trabajos. El grupo integrado por Fernando Ruiz Díaz (voz y guitarra), su hermano Gabriel (bajo) y Javier Herrlein (batería), al que ahora se sumó Macabre (sintetizadores), saltó a la masividad en el 2000 con su tercer disco, "Cuentos decapitados", y dos años después se ganó la chapa de "riesgo artístico" con "Cuadros dentro de cuadros", que se grabó sin bajo y con muchos sonidos de computadoras.

"Catupecu no es nada en concreto. Es esencia de lo dinámico: de lo que está cambiando, de lo que está mutando", dijo Gabriel Ruiz Díaz sobre el presente del grupo. "Cada uno de nuestros discos anteriores tiene una particularidad -explicó el bajista-. «Dale!» tiene esa cosa de tocar en los pubs, de llevar el sonido y la energía del vivo. En «Cuentos decapitados» apareció el detalle, la cosa más minuciosa y específica. A «Cuadros dentro de cuadros» entramos al revés de lo que debería ser, lo hicimos por la puerta de atrás. «El número imperfecto» está cimentado sobre cada uno de los anteriores. A partir de esos tres momentos de Catupecu hay nuevas melodías y nuevas armonías, muy diferentes", relató.

Para Fernando Ruiz Díaz, el flamante disco "es una nueva reencarnación de Catupecu. Hay un montón de cosas que veníamos buscando y que fueron pasando en los distintos discos. Y en este se termina de concretar esa búsqueda. Pero llegamos a ese punto sin buscarlo, de un modo natural", aseguró. El cantante confesó que "este fue el disco que más sufrí. Fue como un parto, sufrimos pero fue maravilloso. Yo siento que marca un antes y un después", opinó.

El líder del grupo también aseguró que el álbum tiene momentos místicos. "Creo que lo espiritual tiene que ver, inconscientemente, con que los cuatro somos descendientes de culturas ancestrales. Eso está muy presente en Catupecu", explicó. "Para mí este es un disco de amor. Y el amor es un sentimiento ancestral. Por otro lado, la naturaleza es imperfecta y es amor en sí misma. La naturaleza surge del amor. Y este disco tiene mucho de eso", agregó.

Según el cantante, el grupo nunca trabajó con la intención de captar cada vez más público. "Las canciones las hacemos en un estado de total complicidad con nosotros mismos. Después, sorpresivamente, la gente escucha los temas. El arte que nos gusta a nosotros no se mide en cantidad, sino en calidad", remató.
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La banda sumó al tecladista Macabre.


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