| sábado, 18 de diciembre de 2004 | Efemérides Un 18 de diciembre... . De 1881: Luis Piedrabuena, el máximo prócer patagónico El explorador Luis Piedrabuena nació en Carmen de Patagones el 24 de agosto de 1833. Se embarcó por primera vez en 1848, en calidad de grumete, y al año siguiente volvió a zarpar con el objetivo de llevar provisiones a misioneros ingleses establecidos en una isla fueguina pero ya como segundo oficial. Con apenas 16 años dirigió su primer salvataje: rescató a 14 tripulantes de un buque alemán y también en esa oportunidad encontró los restos de la misión de Allen Gardiner, la que habían perecido de hambre y de frío. En 1850 fue ascendido a primer oficial y durante los siguientes tres años recorrió los mares australes al mando de una ballenera. Al mando de la nave "San Martín" llegó a Nueva York (1854) y de regreso a los mares del sur realizó el salvataje de otros 24 náufragos. En 1859 izó por primera vez la bandera nacional en la Isla de los Estados, iniciando así su solitaria lucha por la soberanía argentina en aquellos distantes lugares. En 1864 el presidente Mitre premió sus servicios nombrándolo capitán de la armada. Contrajo matrimonio en 1869 y poco después promovió la colonización de la isla Pavón y de la bahía de San Gregorio. Encontró y dio sepultura a los miembros de la tripulación del bergantín "Tresponts", la que habría sido atacada por indios, y luego en una excursión salvó a los tripulantes del "Eagle" que habían quedado varados sobre una roca durante 15 días. También rescató a la tripulación del barco alemán "Doctor Hansen" (1874) y a la de la "Annie Richmond" (1877), que se había incendiado en alta mar. El 18 de diciembre de 1878 realizó una expedición al estuario del río Santa Cruz para reafirmar la soberanía nacional en la región y ese mismo año falleció su esposa. En 1882 realizó el salvataje de la "Pactolus", también naufragada en proximidades de la isla de los Estados. Don Luis Piedrabuena falleció al año siguiente, agotado y en la mayor pobreza. A lo largo de su vida llegó a salvar 146 náufragos y por ellos recibió el reconocimiento de la reina Victoria, del emperador de Alemania y otros. Es muy difícil imaginar las condiciones en que estos salvatajes fueron concretados. A uno lo realizó solo y en un pequeño bote. Para otro tuvo que construir una balsa porque ni siquiera un bote podía arrimarse a los peñascos. Y el mar jamás está calmo en aquellas regiones, donde literalmente chocan los dos océanos más grandes del planeta. La suya fue una permanente actitud de ratificación de la soberanía argentina en el Atlántico Sur, cuando la república no disponía de una verdadera armada ni había radicado en la Patagonia institución alguna. Sus cuatro hijos, huérfanos de madre y padre, fueron recogidos por una tía materna. enviar nota por e-mail | | |