El cazador oculto: Un fin de año en estado de shock

Ricardo Luque / La Capital

Diciembre. Las lamparitas de colores del arbolito de Pellegrini y Oroño están encendidas. Una legión de buscavidas disfrazados de Papá Noel andan de acá para allá tratando de rebuscarse un peso para la birra. Las vidrieras se pueblan de muérdagos de plástico y ofertas de ocasión en seis cuotas con Visa. El calor es insoportable. La camisa mojada se adhiere a la espalda como un chicle a la suela del zapatos. Villancicos, turrón de maní, sonrisas de cartón pintado. La bandeja de entrada del mail entra en estado shock. Tarjetas virtuales, promociones, catálogos y, con una insistencia digna de una novia abandonada, una pila de invitaciones para despedidas de año, apertura de temporada, brindis navideños y tantas y tan poco ingeniosas excusas más, que cuesta retenerlas en la memoria. Todo el mundo quiere ser original y, por supuesto, nadie lo logra. Pichi De Benedictis, en un rapto de creatividad, no tiene mejor idea que invitar a un desayuno en el CEC. ¡A media semana! Se debe haber quedado sin presupuesto, porque sino qué sentido tiene hacer una invitación con el fracaso garantizado. Nadie en su sano juicio. Pero en esta época del año esas cosas pasan. Si no pasen y vean la ingeniosa invitación que ideó, al borde del surmenage, el Turco Nazer para la fiesta "pata-pata" que organizó en Waimea. Una ojota. Sí, una ojota acompañada con una nota en la que se sugiere ir a buscar "la pareja" a la hora y en el lugar señalado. Sugerente. Pero no más que la voz acaramelada con la que Carmina, la joven pasante malagueña que activa las fantasías de los oyentes de LT8 los viernes por la mañana, llama para recordar que nos espera en la fiesta anual del Parque de España. Buen truco. Nada entusiasma más que la promesa de una noche de acción. Si no pregúntenle a Charlie Kauffman, el auténtico, único e inigualable Mr.Coctel, que con una llamada del celular es capaz de levantar a los muertos de sus tumbas. "Vení, que está lleno de minas", dispara y de repente el lugar, este, ese o aquel, se llena de lobos hambrientos de "pin-ups" vestidas para matar. Pero son sólo promesas sobre el bidet. Maldito espíritu navideño.