 | | martes, 14 de diciembre de 2004 | En medio de las bombas sonaron los villancicos en el Monumento Aunque involuntariamente matizada con una lluvia de bombas de estruendo, vocinazos y gritos, "Cantemos la Navidad" llenó ayer de villancicos el patio cívico del Monumento a la Bandera, que una vez más se vio colmado de asistentes.
En una noche en la que el calor del día se resistía a irse, sonaron las voces del Coro Estable de Rosario, su Grupo Juvenil y su Grupo de Niños, además de los artistas invitados, y los instrumentos del Pro Musica Antiqua Rosario, dirigidos por Cristián Hernández Larguía.
La velada comenzó con un homenaje a la hermana Theresa Varela, de Cruz del Eje, quien recibió la distinción "Una manera de vivir", que otorga el Grupo Asegurador La Segunda, organizador del evento. La religiosa, que recibió el reconocimiento por su tarea al frente de la Fundación Misionera María de la Esperanza, estaba ahí, y fue bienvenida con un aplauso entusiasta.
Después vendría el espectáculo, que comenzó con "Voluntary Trumpet" (Trompeta voluntaria)", del inglés Jeremiah Clarke, a manera de obertura, y cerró con la emblemática "Stille Nacht" (Noche de Paz) el austríaco Franz Grüber, entonada por todos los asistentes.
Los organizadores repartieron velas con formas de estrella o pino, con las que el público iluminó toda la platea.
Fue una noche de gala, aunque por momentos pareció que se cantaba a la Navidad en medio de una batalla. enviar nota por e-mail | | Fotos | | | |