Los derechos humanos

El 10 de diciembre pasado se conmemoró y reafirmó la lucha sostenida que nuestra sociedad viene realizando por la plena vigencia de los derechos humanos en toda su amplitud. Es cierto que a partir de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final y la nulidad del indulto, paradójicamente impuestas por gobiernos surgidos del voto popular, esta lucha por la plena vigencia de dichos derechos humanos se ha fortalecido. Nos permite darle una amplitud tal que rescata la lucha hasta de los pueblos originarios por el recupero de sus tierras y derechos cercenados por los imperialismos de distintos colores, que han asolado y asolan nuestro territorio. Ahora bien, el gobierno de nuestra provincia, en sus intervenciones a través de la secretaría creada para la defensa de esos derechos humanos, denuncia solamente la violación producida por la dictadura en el período 1976/83 y omite lamentablemente la consideración de las violaciones sistemáticas desde ese último período. Esto es: las políticas económicas genocidas, los gatillos fáciles y la represión del estado producida en los hechos del 19 y 20 del diciembre de 2001. Esta última postura, indudablemente, apunta a salvaguardar la responsabilidad política de los funcionarios hacedores de esas políticas y en especial su silencio cómplice en negarse a investigar en profundidad las muertes de Pocho Leprati, Delgado y muchos otros caídos en nuestra provincia, por el único hecho de luchar contra el hambre y la explotación a la que es sometida un amplio sector de nuestra comunidad. Los derechos humanos no solo se defienden pidiendo el juicio y castigo a los represores al servicio de esas políticas, sino que también luchando contra la implementación de políticas mentirosas que declaman no pagar la deuda externa ilegítimas y fraudulenta con el hambre y sangre del pueblo para luego constituirse en el mejor pagador histórico de la misma, trampeando así las expectativas populares.

Amílcar Monti