| lunes, 13 de diciembre de 2004 | El gran festejo de puertas adentro Los jugadores desataron su repertorio de emociones, un carnaval de plena felicidad Después de la locura de la cancha, de la vuelta olímpica, de la trepada al alambrado y de las gargantas disfónicas de tanto gritar, llegó el momento del festejo íntimo. Por eso a los jugadores de Newell's se los tragó el túnel y todos aparecieron en la pequeñez del vestuario visitante para descorchar su alegría puertas para adentro.
El carnaval que se desató disparó todo tipo de emociones. Hubo baldazos de agua y liga para todos los que pasaban cerca de la montaña de cánticos y bailes que ensayaron los muchachos. No se salvó nadie. Cobraron intrusos, curiosos, utileros, periodistas y hasta para el propio Tolo Gallego, que fue a parar debajo de la ducha para el bautismo del campeonato.
También hubo plena ejecución a capella de los hits más escuchados para ponerle música a la celebración. En esa sintonía los más alocados eran el Tano Vella, Fernando Belluschi, Guillermo Marino y Sebastián Domínguez, quienes pidieron un respetuoso minuto de silencio para Central.
Las voces se mezclaban con los cuerpos dorados de transpiración y la humedad. Las palmas buscaban armarios, paredes y sillones. Cualquier escenografía estaba al servicio para acompañar el festejo.
Belluschi, Ré, Maidana y Capria se tomaron de las manos y armaron una ronda tipo escolar como cuando eran pibes. Todos saltaban y bailaban como si estuvieran en un pelotero.
La mayoría hacía blandir en sus manos botellitas de agua mineral y se salpicaba el alma. Todo estaba permitido para darle rienda suelta a ese vestuario embravecido, que explotó en cánticos y bailes frenéticos para inmortalizar este momento histórico. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El plantel dio rienda suelta a la alegría. | | |