| lunes, 13 de diciembre de 2004 | Un título justificado por los antecedentes Como es lógico, la obtención del título suele tapar todo. Deja todos los argumentos en segundo plano. Las virtudes y los defectos. Como la falsa y frustrante actuación que tuvo ayer el equipo del Tolo en Avellaneda, justo el día de su consagración. Pero así como seguramente no se recordará lo que hizo ayer el equipo en el campo de juego, no se puede soslayar que este grupo hizo los méritos necesarios para ser el legítimo campeón.
Pero de este Newell's, que se consagró campeón del Apertura con el 63,15 por ciento de efectividad, hay que resaltar varios aspectos. El primero de ellos es que un grupo saborea el éxito cuando no engrupe. Cuando practica una solidaridad verdadera. Cuando no se vende a las miradas exteriores como algo que no es. Así es este equipo, lo que se aprecia afuera es lo que se respira adentro.
Pero además es el premio al campeón de la humildad. A un grupo que se forjó en la sencillez de sus jugadores y en la mesura de su cuerpo técnico; que creció con los pibes del club; que se fortaleció con los consagrados que llegaron desde afuera para aportar su experiencia y jerarquía; con la mística ganadora del Tolo; y con la pasión de su gente.
Un cóctel que desencadenó en el merecido título del Apertura. Al fin, Newell's es el indiscutible campeón. Porque el equipo apareció en los momentos clave. Y aquí radica su mayor logro, porque cuando Newell's hizo lo que debía, el resto de los contrincantes no lo hicieron. enviar nota por e-mail | | |