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 sábado, 11 de diciembre de 2004  
El presidente y el senador sellaron la unidad con un acto en Rosario
Nació el kirchnerreutemismo
Se consolida un nuevo polo político en Santa Fe. Notoria ausencia de obeidistas y de la Liga de Intendentes

Walter Palena / La Capital

Una nueva nomenclatura nació ayer en Rosario: el kirchnerreutemismo. Con un acto presentado como un "encuentro de la dirigencia y de la unidad peronista", el mitin partidario disparó mensajes sutiles a todos los frentes abiertos en la interna del PJ santafesino. La notoria ausencia del obeidismo y de los popes de la denominada Liga de Intendentes representa por sí solo un dato sobresaliente. Es que no había espacio en el teatro Broadway para aquellos que no abrevan en las fuentes del reutemismo y para los que no reconocen, dentro de la rígida estructura partidaria, el liderazgo del presidente Néstor Kirchner.

Reutemann-Kirchner (o viceversa) fueron los dos nombres más escuchados por la platea que colmó el teatro, a la que también se la empachó con numerosas citas de Evita y Perón, amén de la Marchita, que se cantó dos veces; una fuera del protocolo, como se encargó de anunciar graciosamente el locutor.

Kirchner-Reutemann (o viceversa), fueron las dos referencias máximas de esta nueva unión, aunque ninguno de los dos estuvo presente. El presidente envió a una numerosa comitiva de sus funcionarios más cercanos, encabezado por su asesor José Pepe Salvini, el conductor de la Corriente Peronista Federal, nucleamiento donde ahora pasó a revistar el reutemismo. Y el Lole hizo acto de presencia a través de una carta que redactó antes de viajar a Europa (ver aparte), leída por su jefe de asesores, Carlos Carranza, quien, junto con la senadora Roxana Latorre, fueron los que más fogonearon este acercamiento.

Desde el inicio, cuando los dirigentes se acomodaron para ofrecer una conferencia de prensa, comenzaron a percibir ese clima de rareza que campeaba en los periodistas. ¿Cómo entender este acuerdo si entre ellos siempre hubo resquemores?

"Eso no es exacto", despejó Salvini, y dio una serie de argumentos para aventar suspicacias y segundas lecturas. El "amigo personal" de Kirchner enmarcó el acto de ayer como un espacio suprapartidario y hasta le otorgó un carácter institucional a la reunión. Dijo que el peronismo viene de una fuerte dispersión y es necesario volver a conectar a la militancia con su líder, cuyo objetivo principal es el siguiente: apuntalar desde la construcción colectiva el proyecto que lleva adelante Kirchner, porque son varias y variadas las dificultades de su gestión, y la más urgente tiene que ver con su posicionamiento ante los organismos internacionales de crédito.

En cuanto a Reutemann en sí, Pepe Salvini lo colmó de flores. Recordó que alumbró en la política en un momento difícil del peronismo en la provincia y que su aparición "salvó al justicialismo", que arrastraba una mochila de piedras por sucesivas administraciones asociadas con la corrupción. No hizo falta que hiciera nombres propios.

Latorre fue una de las más efusivas. Exclamó que las dos estrellas rutilantes de este nuevo espacio son Kirchner y Reutemann (o viceversa); "y el resto somos tropa que participamos de esta construcción colectiva sólida". Luego hizo un análisis comparativo de ambos dirigentes: "Los dos tienen una relación directa con la gente y pueden prescindir de los aparatos, esos que representan a la vieja política".

Si había alguna sospecha de por qué se realizó el acto en Rosario, el que despejó todas las dudas fue Carlos Carranza, uno de los integrantes del think thanks del reutemismo. "Como dijo el sabio de (Antonio) Cafiero, la transversalidad nació enfermita. Y acá vamos a dar la madre de todas las batallas", afirmó, en obvia alusión a los ensayos transversales que lo tuvieron al socialista Hermes Binner como uno de los megáfonos humanos de esta idea, ahora un poco opacada.

Si la política se construye a través de gestos, no debe sorprender que Joaquín Gramajo haya ocupado un lugar entre los oradores. El senador provincial fue el abanderado defensor de la ley de lemas, una especie de reconocimiento público que se hizo carne con su presencia.

Lo mismo puede decirse del intendente de Correa, Alberto Monti, el encargado de abrir los discursos. Definido como "el primer kirchnerista de Santa Fe", la presencia de Monti se interpretó como una señal para los intendentes y presidentes de comunas que hacen causa con otro operador del presidente, Juan Carlos Mazzón, convertido en una especie de pacman por su capacidad para comer referentes que muestran distancia con Reutemann y Obeid.

Por parte de los reutemistas, faltaron figuras de renombre, como Angel Baltuzzi, Alberto Hammerly y Oscar Lamberto. Sí dio el presente el grueso de los legisladores provinciales que responden a este sector.

La proyección del encuentro estuvo dado por una buena cantidad de diputados nacionales que conforman en el Parlamento la Corriente Peronista Federal.

Los alcances de esta flamante unión entre reutemistas y kirchneristas (o viceversa) se comenzará a ver cuando salgan a la cancha para competir en la interna partidaria. Por ahora hay dos hombres que tienen que estar preocupados: el propio Obeid y el operador todoterreno Juan Carlos Mazzón. Es que por ahí viene la cosa.
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Los muchachos peronistas.

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