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 sábado, 11 de diciembre de 2004  
Premio Nobel de la Paz pide cambios para salvar al planeta
La ecologista keniana Wangari Maathai es la primera mujer africana que obtiene el galardón

La ecologista keniana Wangari Maathai pidió reformas democráticas y el fin de la codicia empresarial, advirtiendo que el planeta está amenazado por la actividad humana, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz, pronunciado en la ciudad de Oslo, capital de Noruega.

Se necesitan cambios fundamentales en el orden mundial, aseguró, para restablecer un "mundo de belleza y maravilla" y superar desafíos que van desde el sida a la inestabilidad climática.

"Las actividades que devastan el medio ambiente y las sociedades siguen sin disminuir", dijo Maathai, fundadora de Green Belt Movement (Movimiento del Cinturón Verde), una campaña que hasta el momento plantó 30 millones de árboles en todo Africa para reparar la deforestación, en un discurso preparado para la ceremonia de entrega del premio en Oslo.

"Hoy nos enfrentamos a un desafío que exige un cambio en nuestra forma de pensar, para que la humanidad deje de amenazar su sistema de sostenimiento de la vida", dijo Maathai, que es la viceministra de Medio Ambiente de Kenia.

"Pido a los líderes, especialmente en Africa, que amplíen el espacio democrático y construyan sociedades buenas y justas que permitan que florezcan la creatividad y la energía de sus ciudadanos", declaró la flamante Premio Novel.

"Más aún, la industria y las instituciones globales deben apreciar que garantizar la justicia económica, la igualdad y la integridad ecológica son un valor mayor que beneficios a cualquier costo", añadió.


"Devolver un mundo de belleza"
Maathai, la primera mujer africana en ganar el premio que lleva el nombre de Alfred Nobel desde que se concedió por primera vez en 1901, recibirá 10 millones de coronas suecas (1,36 millones de dólares), una medalla de oro y un diploma.

Su movimiento de siembra de árboles, dirigido mayoritariamente por mujeres, aspira a producir desde leña a materiales de construcción y también a combatir la desertificación del ambiente.

Maathai, de 64 años, dijo que la "destrucción de ecosistemas, la inestabilidad climática y la contaminación de tierras y aguas" contribuían a la pobreza. A modo de ejemplo recordó que un riachuelo donde ella solía ver renacuajos cuando era niña hace 50 años se había secado. "El desafío es recuperar el lugar donde viven los renacuajos y devolver a nuestros niños un mundo de belleza y maravilla", declaró.

La concesión del Nobel fue objetada por algunos críticos, para quienes el ecologismo tiene que ver demasiado poco con la paz. "El estado del medio ambiente de cualquier país es un reflejo de la clase de gobierno que hay, y sin buen gobierno no puede haber paz", declaró al respecto Maathai, para quien el mundo afronta una "letanía de desgracias", como la corrupción, la violencia contra las mujeres y enfermedades como el sida o la malaria.

Tras anunciarse la adjudicación del Premio Nobel de la Paz en octubre, Maathai fue criticada en medios occidentales por sus declaraciones de que el virus VIH había sido elaborado en laboratorios estadounidenses y empleado conscientemente como parte de una campaña de destrucción de Africa.Antes de recibir el Nobel, Maathai calificó esas citas de falsas, pero no quiso hacer más comentarios al respecto. (DPA-Reuters)
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Wangari Maathal después de la ceremonia.

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