| sábado, 11 de diciembre de 2004 | Es el país con mayor desocupación pero el que más evoluciona en Latinoamérica Argentina está mal pero va bien con el empleo Así lo asegura un informe regional de la OIT, que analiza la situación laboraly salarial en toda la región La caída del desempleo en Argentina fue la más pronunciada de América latina durante los primeros nueve meses del año, aunque el porcentaje de desocupados aún es superior al promedio regional, informó ayer la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
Según el Panorama Laboral 2004 de la OIT, presentado ayer en simultáneo en las filiales latinoamericanas del organismo, el salario mínimo en la Argentina se incrementó mucho más fuerte en los primeros tres trimestres de 2004 (con un 57,8 por ciento) que en el conjunto de América latina (donde se recompuso un 8 por ciento).
Con una reducción del 19,1 al 14,6 por ciento de la población en condiciones de trabajar, el desempleo fue una de las variables que mejor reaccionó a la recuperación económica argentina, consignó el estudio.
No obstante y pese a esa merma el país sigue teniendo más desocupados que el resto de la región, donde el promedio es del 10,5 por ciento, lo que equivale a unos 19,5 millones de trabajadores urbanos sin empleo.
Esa situación se mantendría en 2005 de cumplirse los pronósticos de la OIT, que espera un crecimiento de la economía regional del 3 por ciento para el año próximo y una reducción de la desocupación que la llevaría al 10,1 por ciento de la población activa.
Si bien la Argentina lideró la recuperación del salario mínimo -según la OIT-, menos intensa fue la recuperación del salario real industrial, que trepó un 8,6 por ciento entre los primeros 9 meses de 2004 y el mismo período de 2003, y evolucionó así por detrás de Brasil (9,1 por ciento), aunque también por encima del promedio regional del 5 por ciento.
El hecho de que los ingresos reales de los trabajadores se mantengan aún bastante por debajo de los niveles previos a la devaluación motivó que la suba del empleo y la producción no repercutieran directamente en una caída de la pobreza, evaluó ayer al presentar el informe el especialista Alfredo Monza.
Para Monza, la pobreza "es la variable que más resistencia muestra a ceder", lo cual se ve agravado porque "el empleo generado este año no está distribuido equitativamente entre los distintos estratos de ingresos, y se concentra en los medios y altos".
A eso se agrega que "el incremento del empleo en Argentina ha implicado una creación en buena medida de puestos de trabajo no registrados", según explicó el analista.
"Hacen falta políticas de fomento del empleo de calidad, que no tomen al empleo como un efecto residual del crecimiento de la actividad económica, sino como un objetivo en sí mismo", dijo en una videoconferencia desde Lima el director regional de la OIT, Daniel Martínez.
La OIT precisó que el empleo en negro sigue siendo un flagelo generalizado a toda la región, donde 6 de cada 10 puestos de trabajo creados entre 1990 y 2003 no pertenecieron al sector registrado.
En ese sentido, sólo la mitad de los empleados latinoamericanos en relación de dependencia cuentan con acceso a la seguridad social de sus respectivos países, proporción que cae al 20 por ciento entre los informales.
La discriminación de las mujeres en el mercado laboral también tendió a incrementarse en lo que va de 2004, con un desempleo femenino 1,4 veces más alto que el masculino, y una mayor proporción de hombres dentro de quienes consiguen reinsertarse en alguna ocupación.
Además, el desempleo juvenil ya alcanza el doble que el desempleo promedio, y los trabajadores de menos de 30 años no mejoraron su situación a la par del resto, concluyó la OIT. enviar nota por e-mail | | |