| miércoles, 08 de diciembre de 2004 | Pasos debajo del agua La rehabilitación acuática favorece una rápida y más placentera recuperación. Como complemento de otras técnicas se indica para restablecer la motricidad Belén Travesaro / La Capital Como complemento de los tratamientos convencionales, la rehabilitación física en el agua posibilita una recuperación más rápida. Esta disciplina, ampliamente desarrollada en Europa y Estados Unidos, encuentra pocos cultores en la ciudad. Uno de los referentes más destacados es la kinesióloga rosarina Mónica Villagrán Bertello. "La terapéutica es útil para restablecer la motricidad en pacientes con prótesis o trastornos que afectan la marcha; aliviar tensiones o contracturas y disminuir el dolor que producen las hernias de disco", explicó Villagrán Bertello a La Capital. La kinesióloga, quien también es profesora de educación física, recientemente ofreció un curso de capacitación destinado a profesionales que contó con el apoyo de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y la Fundación del Gran Rosario.
"Los ejercicios kinésicos son los mismos que los convencionales con la diferencia que el medio acuático permite una recuperación menos traumática y más placentera. El agua posibilita la recuperación debido a la economía de esfuerzos dada por la hipogravitatoriedad; la temperatura del agua (32º a 34º) que actúa sobre las terminaciones sensitivas disminuyendo el dolor y la inmersión que anula la fuerza de gravedad y mejora el equilibrio de las cadenas musculares", explicó la profesional.
La especialista, quien recibe pacientes derivados de traumatólogos o neurólogos, aclaró que esta opción no pretende suplir a otras técnicas de rehabilitación, sino facilitar los procesos de reinserción laboral o de la vida diaria, y puede aplicarse en conjunto con la fisioterapia o con la kinesioterapia, o en forma independiente.
La rehabilitación en el agua es útil para patologías óseas como artrosis y artritis; tensiones o contracturas; hernias de disco; y prótesis de cadera o rodilla, entre otras afecciones. Está contraindicado en osteoporosis porque cuando los huesos están débiles la forma de fortalecerlos es a través de ejercicios con carga.
Con respecto a las hernias de disco la profesional comentó que en el agua se descomprimen los discos intervertebrales debido a que "la persona no tiene el peso real, lo que produce una sensación de bienestar y relajación". Los pacientes pueden realizar ejercicios abdominales y elongación de piernas, que de otra forma no podrían debido al dolor punzante de la columna. El tratamiento se adapta a los que no tienen indicación quirúrgica así como a los que atraviesan el posoperatorio.
Cuando se trata de una prótesis de cadera los ejercicios en la pileta favorecen que rápidamente vuelva a caminar. "Este tipo de rehabilitación es más difícil en el piso por la descarga de peso del propio cuerpo. El afectado se anima primero a dar pasos en el agua lo que le otorga confianza", destacó Villagrán Bertello.
En cuanto a las prótesis u otras alteraciones que afectan la marcha y que provocan la pérdida de coordinación neuromuscular, el agua facilita la recuperación de la motricidad. "Luego de no caminar durante tiempos prolongados la persona se olvida cómo dar los pasos o trotar y necesita reaprenderlo. El agua disminuye el temor porque no está el riesgo de caerse, ni lastimarse. Las ventajas se extienden no sólo al aparato locomotor, sino también a la psiquis", explicó.
La especialista agregó finalmente que una vez culminado el tratamiento "es recomendable continuar con la práctica física de un deporte o actividad que no sea brusco, como la natación". enviar nota por e-mail | | |