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 miércoles, 08 de diciembre de 2004  
Once años de condena al "Gringo" Marcatelli
Es un delincuente nicoleño al que apresaron con dos armas de guerra en Rosario, luego de fugar de prisión

El escondite era una casa modesta de Necochea al 4200. Allí lo encontró la policía. Hacía un par de días que había escapado de una comisaría de Ramallo. El Gringo dormía. Sobre la heladera había dos revólveres: un 32 y un 38. "Esos son míos", contaron los uniformados que dijo en ese instante desesperado. Aunque después lo negaría, nadie le creyó. Primero lo procesaron y ahora dictaron su condena por la tenencia de dos armas de guerra. Aptas para el disparo, además. Lo sentenciaron a 11 años y tres meses de prisión, aunque esta pena incluye un delito anterior.

Gringo es el apodo al que responde José Omar Marcatelli. Para la policía es un sujeto conocido. Tiene esa clase de prontuario al que le cabría el fácil adjetivo de "frondoso". Más que eso, es el tipo de delincuente al que se suelen cargar delitos cuando la presión obliga a mostrar algún resultado. Aunque luego nunca se prueba nada.

En marzo de 2003 Marcatelli estaba preso en la comisaría 1º de Ramallo. Lo acusaban, casualidad o no, de tenencia de un arma de guerra. Pero el Gringo no quiso esperar el proceso. Como ya lo había hecho en Cañada de Gómez, un par de años antes, se fue. Escapó.

El día que lo hizo, frente a la comisaría lo esperaba un vehículo. Era un Fiat Duna de color celeste que huyó hacia Rosario. Ese auto fue el que dio a la policía la pista para encontrarlo.

El 30 de marzo de 2003, cuando lo recapturaron, el vehículo estaba estacionado frente a la casa de la calle Necochea. Pertenecía a un sujeto identificado como Cristian Angel Cabrera, que también fue detenido y ahora condenado junto a Marcatelli. Lo sentenciaron porque en la misma casa, además del 32 y el 38, apareció una escopeta 12/70. Que, según el fallo, era de Cabrera.

El veredicto es del juez Ernesto Genesio. Este mismo magistrado ya había juzgado una vez al nicoleño: fue tras aquella fuga de la Alcaidía de Cañada de Gómez, donde además lastimó a un policía y le robó su arma. Luego se apoderó de una camioneta tras amenazar con la pistola al dueño y una chica, a quienes mantuvo secuestrados mientras se alejaba de la ciudad santafesina.

Aquella vez a Marcatelli le dieron ocho años de prisión. Por eso ahora la sanción que le aplicaron es tan dura: a los tres años y tres meses que le dieron por la tenencia de dos armas de guerra se le sumó la otra pena, que aún no había purgado.

Todavía tiene pendiente la causa por la fuga de Ramallo y su presunta participación en el robo a la mutual. Y la de Rosario sigue abierta porque Marcatelli apeló e irá a la Cámara Penal, donde dictarán un nuevo veredicto.
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