Esquel: Sobre rieles y lagos

La ciudad chubutense resume el cuidado de la naturaleza, deportes alternativos y buena gastronomía

Marcelo Abram / La Capital

Conocida por su centro natural de deportes de invierno, por la Fiesta Nacional del Esquí y por poseer la "mejor nieve del país" -según los lugareños-, la ciudad chubutense de Esquel presenta una serie de opciones recreativas que merecen ser tenidas en cuenta para el próximo verano. Ubicada a 1.950 kilómetros de Rosario y custodiada por el imponente paisaje de la cordillera de los Andes, pasar unos días en esta ciudad rodeada de montañas de hasta 2.000 metros de altura, algunas tapizadas con un manto de nieve eterna, deja un recuerdo imborrable. La belleza surge, sencillamente, hacia los cuatro puntos cardinales.

La variedad de actividades dentro de la localidad y las excursiones a los distintos puntos cercanos componen un paquete turístico donde se mezclan el cuidado de la naturaleza, los deportes, la aventura, las cabalgatas en la montaña, la historia y, por supuesto, la buena gastronomía regional.

Resulta imperdible -y es casi obligatoria- la visita al Parque Nacional Los Alerces, creado en 1937 para proteger esa especie de árboles debido a la lentitud de su crecimiento (un milímetro de diámetro por año).

Estos árboles, también llamados "lahuán" -que en la lengua de los mapuches significa "abuelo"-, tienen una edad que oscila entre los 2.000 y los 3.000 años, lo que demuestra su origen prehistórico.

El parque tiene 230.000 hectáreas y sus ríos y lagos son escenario para la pasión de muchos: la captura de peces y los deportes náuticos. La temporada de pesca se abrió el 1º de noviembre y dura hasta fines de mayo, lapso durante el cual en algunos lugares se permite el uso de moscas y señuelos artificiales con devolución de las piezas.

Se pueden obtener ejemplares de especies como salmón encerrado, las variedades de truchas como la marrón, de arroyo, de lago y arco iris, además del salmón del pacífico, lo que hace que durante ese tiempo se congreguen en la zona pescadores de todo el mundo.


Excursión lacustre
La excursión lacustre es sin dudas el eje central de la visita al parque. A bordo de modernos catamaranes con todos los servicios, el paseo parte desde Puerto Limonao, en el lago Futalaufquen y remonta el río Arrayanes hasta el lago Verde. Allí se desembarca para recorrer a pie un camino de 800 metros hasta Puerto Chucao, en las márgenes del lago Menéndez, donde se vuelve a embarcar hacia el alerzal milenario.

En el trayecto se puede avistar el glaciar Torrecillas y llegar al Puerto Sagrario, donde una caminata por un auténtico túnel natural de vegetación permite tomar contacto con los alerces milenarios que dan nombre al parque. El punto culminante es cuando los visitantes llegan ante un alerce de más de 2.600 años, de unos 57 metros de altura y 2,20 de diámetro.

La zona del alerzal es extremadamente húmeda y se calcula que allí llueven 4.500 milímetros al año, es por eso que los turistas son provistos de capas para protegerlos del agua.

Los guías turísticos son absolutamente rigurosos con la higiene del lugar y no permiten llevar alimentos durante la caminata, lo que hace imposible que haya papeles, restos de comida o cualquier otro desperdicio durante el trayecto.

Además de los alerces milenarios, en el parque nacional se preservan especies de animales como el puma, el huemul o ciervo colorado, el pudú o ciervo enano y el gato guiña (una clase de gato montés). El pato vapor, una de las 15 variedades de esa ave, y la paloma araucana, de plumaje rojizo, conviven con jabalíes, bisones y una variedad importante de aves autóctonas.

En el parque hay hosterías y complejos de cabañas donde además viven alrededor de 500 pobladores a los que el gobierno provincial intenta convencer que lentamente abandonen su actividad ganadera para ofrecer servicios turísticos.

La excursión lacustre, que abarca casi toda una jornada con traslados desde la ciudad incluidos, tiene un costo de 90 pesos por persona, y para quienes concurren por sus propios medios de locomoción la entrada tiene un valor de seis pesos.

Otra actividad que resulta muy atractiva es la práctica de escalamientos y rapel en las rocas. Esta práctica se realiza en piedras de hasta 25 metros de altura en un predio del Ejército Argentino que fiscaliza que los participantes tengan el equipo adecuado.

De eso se encargan Gustavo y Alejandra, quienes siempre se han dedicado a los deportes de montaña, hasta que hace tres años abandonaron su Adrogué natal para radicarse en Esquel, donde además de tener un negocio de indumentaria organizan excursiones a la palestra del Ejército, como ellos denominan a ese lugar.

Ellos proveen a los turistas de arneses, sogas, cascos y zapatillas escaladoras -o pies de gato- de un agarre sorprendente en las rocas. Las explicaciones son muy sencillas y los mecanismos de seguridad absolutos. "No es necesario ser un atleta ni tener una preparación física compleja, sólo hay que animarse", sostiene Gustavo, quien se maneja en la montaña como si caminara en el living de su casa.

Los escalamientos tienen distintos grados de dificultad y el rapel consiste en bajar desde la roca amarrado con sogas y arneses. Para casi todos la primera impresión es la de no poder hacerlo, pero la pareja tiene un carisma especial para transmitir una idea de seguridad que hace que finalmente todos se animen a la aventura.

La excursión de medio día a la palestra, con traslado incluido, tiene un costo que va desde 45 pesos y aumenta según el grado de dificultad que quieran los turistas. Además, el lugar ofrece una hermosa vista del valle donde se encuentra la ciudad y de los cordones montañosos que la rodean.

Una de las excursiones preferidas es el viaje a bordo de La Trochita. Nadie puede dejar de sentir una profunda emoción y cierta nostalgia sentado en las butacas del legendario tren. La Trochita es una formación ferroviaria que en su momento fue parte del viejo Expreso Patagónico que comenzó a funcionar en 1945, y debe su nombre a los 75 centímetros que separan a las dos vías por las que se desplaza a lo largo de 402 kilómetros. Salvo el coqueto coche-bar, tanto la estación como el tren conservan su estado original que se sigue impulsando a vapor, por lo que todo este sistema ferroviario es considerado un auténtico sobreviviente al paso del tiempo.

La excursión finaliza en la estación Nahuel Pan en plena estepa patagónica, donde nadie deja pasar la oportunidad de sacarse fotos o hacer sonar el silbato de la locomotora, mientras la comunidad mapuche ofrece artesanías.

En su momento La Trochita unía a Esquel con Ingeniero Jacovaci, en Río Negro, y algunos memoriosos sostienen que dada su baja velocidad y la familiaridad de los pasajeros se lo podía parar haciéndole seña como a un colectivo.

Después del cierre del Ferrocarril Roca, La Trochita estuvo parada un año hasta que el gobierno de Chubut se hizo cargo del servicio. Actualmente se la utiliza como excursión turística hasta Nahuel Pan y como medio de transporte hasta la localidad chubutense de El Maitén, donde se encuentran los talleres ferroviarios.

Junto al gobierno de Río Negro las autoridades provinciales de Chubut se encuentran estudiando la posibilidad de implementar nuevamente el recorrido interprovincial del tren. La Trochita se ha constituido en un atractivo y ha ganado fama mundial y por el precio de 25 pesos el boleto se puede realizar un viaje a través de la naturaleza, la historia y la emoción.


Rafting en el Corcovado
Otro de los atractivos del verano es la práctica de rafting en los rápidos del río Corcovado en su camino descendente hacia el océano Pacífico. A poco más de una hora de viaje por un camino de montaña se llega a la localidad homónima en la que se practica rafting en sus distintos grados de dificultad. Claro que no todo es adrenalina, porque a cada rápido lo sucede un espacio tranquilo y es allí donde aparece ante los ojos de los navegantes el imponente e inolvidable paisaje del cañón del Corcovado. Nadie queda sin impactarse por la belleza con que la naturaleza ha bendecido a este paraje. Las excursiones de rafting incluyen además de los traslados y la provisión de la indumentaria adecuada, una pausa para el almuerzo a orillas del río en medio de la cordillera y casi sin nadie alrededor. El costo de la jornada con almuerzo y provisión de vestimenta es de 70 pesos, por persona.

Por la estepa, entre los cerros, en el parque nacional o a la luz de la luna, como en casi todos los centros turísticos del país las cabalgatas son una de las opciones recreativas inevitables. Los precios oscilan entre 10 pesos las de una hora hasta 250 dólares, propuesta que incluye comida y carpas, con una duración de ocho días de travesía por la cordillera.

Para todos los turistas que gustan disfrutar de platos regionales; el ciervo, la trucha y el corderito patagónico son el caballito de batalla con que Esquel pretende tentar a los paladares visitantes. Comer en la ciudad puede tener un costo de entre $25 y $35, con una entrada, plato principal y postre, sin contar la bebida.

A pesar de que para muchos la patagonia argentina es un lugar copado por el turismo extranjero, durante la temporada de verano de 2004 las estadísticas indican que ingresaron a Esquel unos 35.000 visitantes, de los cuales el 83% provenía de distintos puntos del país, siendo su mayoría de Capital y provincia de Buenos Aires.

El alojamiento en Esquel tiene una enorme variedad de precios y alternativas. La oferta incluye campings, albergues, departamentos, cabañas, hoteles y hosterías.

La tarifa del camping con todos los servicios ronda entre $5 y $7 diarios por persona; los albergues tienen un costo, por persona, de $13 a $18, y los departamentos se consiguen desde $65 a $250. A su vez, una cabaña para cuatro personas oscila entre $90 y $150; en las hosterías la habitación doble se consigue desde $70 (una estrella) hasta $215 (tres estrellas), y los hoteles tienen una tarifa desde $70 (una estrella) hasta $175 (tres estrellas), en base doble.


Abrojo, en lengua mapuche
Esquel -que en mapuche significa abrojo- se construyó en el pantanoso terreno del valle 16 de Octubre. Dado la característica del suelo, en la ciudad no se ven edificaciones que superen los tres pisos de altura. Como su creación fue una decisión del gobierno central se emplazaron allí la mayor parte de las dependencias del Estado. Por eso cuenta con un cuartel del Ejército Argentino, Gendarmería Nacional, una penitenciaría, policía federal, policía provincial, Prefectura y Fuerza Aérea.

Como en sus orígenes el problema inmediato era la necesidad de un rápido crecimiento demográfico -según se cuenta- todo aquel que recibía un castigo en alguna dependencia estatal era trasladado a esta parte del país. Este hecho fue reflejado en la saga de películas de Luis Sandrini, cuando interpretó el personaje de "El profesor patagónico", que a modo de sanción por su relación con los alumnos secundarios fue trasladado a dar clases a la Escuela Normal de Esquel. Claro que actualmente el ánimo de los pobladores dista mucho de ser el de personas castigadas y el lema "Esquel: calidez patagónica" se ve reflejado en el trato cordial de su gente.

La ciudad está a 560 metros sobre el nivel del mar y cuenta con alrededor de 30.000 pobladores. Se caracteriza por los inviernos muy fríos y veranos templados, en los que la luz del día llega a casi 17 horas.

Desde Buenos Aires, Lade tiene vuelos directos los domingos a las 9 y los jueves a las 10.30. El pasaje cuesta, ida y vuelta, 542 pesos. Desde Esquel a Buenos Aires, se sale los domingos a las 13.30 y los jueves a las 14.45. Hay descuentos especiales para las reservas anticipadas, jubilados, estudiantes y residentes.

Para mayor información se puede visitar el sitio en Internet: www.esquel.gov.ar; e-mail: [email protected]

La pesca deportiva se multiplica en la Patagonia.