Yushchenko, desfigurado por una enfermedad desconocida

En julio pasado, Viktor Yushchenko era un hombre juvenil y con aspecto de galán. Poco después, a principios de septiembre, ingresaba semiconsciente en una silla de ruedas a una clínica austríaca, donde lo trataron de dolores intensos y deformaciones de la piel que lo han desfigurado.

Yushchenko dejó a los ocho días la clínica de Viena para iniciar su campaña, pero en menos de dos semanas debió volver a ser internado: los dolores corporales eran tan intensos que sólo la morfina podía frenar su padecimiento. Las dosis de esta droga a veces eran tal altas que muchas veces requería asistencia respiratoria. Para que pudiera volver al ruedo político debió someterse a una riesgosa intervención: le colocaron en la parte superior de la espalda un tubo (catéter) que le inoculaba la morfina en la parte superior de la espina dorsal, de manera de soportar los dolores durante los prolongados actos políticos.

A medida que se descartan enfermedades raras como la causa del estado de Yushchenko, crece la impresión de que sufrió alguna clase de envenenamiento. Los profesionales ucranianos y austríacos encontraron que su paciente tiene todo su aparato digestivo lleno de úlceras. Los médicos austríacos son prudentes y dicen que no se ha hallado ninguna evidencia de veneno, pero el director de la clínica vienesa que lo atiende, doctor Michael Zimpfer, dijo al The New York Times que no lo sorprendería si alguien encuentra alguna clase de veneno. Este tiene en mal estado e inflamados su hígado, páncreas, estómago e intestino. Además, su ojo izquierdo lagrimea casi constantemente.

Un toxicólogo británico, John Henry, comentó al New York Times que los síntomas son consistentes con envenenamiento con dioxina, una molécula sintética que es usada como arma química. A Yushchenko no se le ha realizado todavía un análisis que busque este veneno. Otros especialistas mencionan la posibilidad de una rara enfermedad degenerativa, la escleromixedema, con síntomas faciales muy similares a los del líder ucraniano. Pero no provoca los agudos dolores que sufre el paciente.