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 domingo, 05 de diciembre de 2004  
Sida: Cuando hablar previene

Muchas de las consultas que llegan al servicio telefónico gratuito nacional de información sobre sida y VIH demuestran que la carga de prejuicios sociales es uno de los principales obstáculos para que la gente pueda cuidarse. La línea gratuita de información sobre sida es un termómetro de las representaciones sociales, de los mitos, los miedos y los prejuicios que hay en torno al tema. Aquí se ve, por ejemplo (o mejor dicho se oye) lo común que es el temor al contacto con alguien de quien se sabe que es portador de VIH.

La desinformación y el prejuicio conforman un círculo vicioso. "Muchos presuponen que una persona por el hecho de ser rubia, estar limpita y bien vestida, y de hecho lo dicen así, no puede estar infectada -cuenta Dolores Fenoy, coordinadora de la línea 0-800 del Programa Nacional de Lucha contra los Retrovirus del Humano, Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)-. Todavía están presentes todas aquellas connotaciones que surgieron veinte años atrás al asociar el tema VIH y sida a la promiscuidad, y si uno se pone a pensar a qué se llama hoy en día promiscuo, sobre todo en la etapa adolescente, nos metemos en un brete".

"Esto subsiste sobre todo -puntualiza- en lugares donde prevalece una cultura más conservadora pero donde se sabe de un doble código moral, donde están las mujeres buenas y las malas, y lamentablemente no es así: el VIH es el virus más democrático que existe en el mundo y en la historia, no discrimina, todos estamos expuestos en tanto no adoptemos medidas preventivas".

De acuerdo con el último boletín sobre el sida en la Argentina (2003) son 24 mil los casos notificados de VIH positivo, aunque se sospecha que hay 27 mil en total. La transmisión sexual (de cualquier tipo) es la causa del 51% de los casos y hay un 36% relacionado con el uso de drogas intravenosas. En las mujeres hoy prevalece abrumadoramente la vía de transmisión sexual, incluso en las casadas. La aparición de nuevos casos en la Argentina viene bajando anualmente desde 1996; pero en el año 2002 la pandemia se cobró 3.100.000 vidas en todo el mundo.


Consultas anónimas
El servicio Preguntesida fue habilitado en diciembre de 1999 por iniciativa de Lusida, basado en experiencias exitosas realizadas en Europa y en Brasil, y al año siguiente se transfirió a la órbita del Ministerio de Salud de la Nación.

"Es una línea de alcance nacional, gratuita y confidencial", explica la licenciada Fenoy. "Como es un tema relacionado con la intimidad, con las prácticas sexuales, existe un consenso por el cual las consultas deben ser anónimas -justifica-. No se pueden hacer escuchas externas, ni difundir textualmente lo que queda registrado. Y la gente cuando llama plantea todas sus dudas respecto de su sexualidad, a las situaciones de riesgo a las que se exponen, a las costumbres que hay en cada lugar".

El objetivo es aconsejar al que llama "sin caer en mensajes moralistas o prejuiciosos". Según define, "el personal que está en la línea está preparado para comprender y entender la situación particular del que llama y darle toda la información para cuidarse en esa particular situación. Pero no se indican tratamientos de ninguna especie, no se reemplaza al médico para nada".

La línea está atendida por profesionales de comunicación y estudiantes avanzados en medicina y psicología, cuya capacitación dura un mes y no sólo pasa por el conocimiento biomédico sino por todo lo que es crucial de entender en los aspectos sociales de la problemática del sida.

La información que pueden brindar, además de los consejos sobre prevención, comprende datos sobre legislación (sobre todo en lo laboral), el stock disponible de medicamentos antirretrovirales provistos por el Estado, ayuda para personas que no tienen cobertura social de ningún tipo (ni de prepagas ni de obras sociales), requisitos que alguien que ha descubierto su seropositividad debe reunir para acceder a los tratamientos gratuitos, registros de todas las ONG (grupos de portadores y de familiares, asociaciones civiles relacionadas) y consejos para la adherencia a los tratamientos.


Los temas más frecuentes
En las provincias de las regiones noreste y noroeste la gran mayoría de los llamados son consultas por síntomas de alguna ETS: ardor, picazón, dolor al orinar, y la consiguiente pregunta: "¿será sida?". En casos como estos se deriva a la persona inmediatamente a un médico.

En todo el país, "hay gente que llama diciendo que fue a donar sangre y le dijeron que tiene sida, y en realidad no es que tenga sida, sino que está infectado por el virus", advierte la coordinadora del programa.

La influencia del consumo de drogas constituye otra de las dudas más frecuentes: "Con el consumo de cocaína, de marihuana y de alcohol hay una relación indirecta, porque en cualquier persona de cualquier nivel cultural, lo que produce es la baja de la percepción de riesgo, con lo cual no va a cuidarse por más que sepa cómo hacerlo -aclara la licenciada-. La relación que sí es directa es el consumo de cocaína cuando se pasan no sólo la jeringa sino el canuto que se usa para aspirar, porque se produce la rotura de vasos sanguíneos, y entonces el otro aspira todo, inclusive la sangre contaminada".

La seguridad del sexo oral es otro tema sobre el que persisten las dudas: "uno de los mitos es que el sexo oral no transmite el VIH, y sí lo transmite porque hay contacto con fluidos. La mucosa oral es tan permeable como la vaginal. Y en el contacto con el fluido vaginal también existe el riesgo de transmisión, pero además casi todas las ETS (sífilis, hepatitis B y C, blenorragia, clamidia) se transmiten por sexo oral".

Para que una relación sexual oral-vaginal (o anal-vaginal, donde también es necesario) se deben utilizar los llamados "campos de latex": se corta el preservativo a lo largo por un costado y se lo extiende sobre la vulva. También se pueden usar los films de cocina, que tampoco impiden la sensibilidad. A los varones mayores de 50 es a quienes más les cuesta acostumbrarse al uso del preservativo, cosa que los más jóvenes asumen con naturalidad. "Se resisten porque en la época de su iniciación sexual, gracias a la era del anticonceptivo cuando el único problema o fantasma era el embarazo no deseado, se dejó de lado el preservativo", explica la licenciada Fenoy.

El número de teléfono de la línea de ayuda Preguntesida, a la que se puede llamar gratuitamente desde cualquier lugar del país y a la que recientemente se agregó un servicio de información y ayuda sobre tabaquismo, es: 0-800-3333-444.

Marcelo Rodríguez
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