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 domingo, 05 de diciembre de 2004  
El cazador oculto: El smowing de la noche rosarina

Ricardo Luque / La Capital

"¿Quiere tener smowing? ¡Tome ginebra Bols!". La voz en off, sobre la imagen del Loco Gatti haciendo un gol de arco a arco, después de apurar un trago, hoy es una pieza de museo, pero en los 70 era lo máximo. Como ir a bailar a Mau Mau, fumar L&M, manejar un Torino y tomar Gancia batido. Hoy, salvo por la Internet, el mundo no es muy diferente. Aunque, más allá de un puñado de nostálgicos, nadie sabe qué cuernos es eso de "tener smowing". Entre ellos está Diego Casanova, quien está empeñado en rescatar esa sensación de placer que transmitían el Nono Pugliese y Claudia Sánchez en sus comerciales de TV. Y así lo hizo en la fiesta que Cablehogar ofreció en los jardines del Macro. El puñado de invitados VIP que asistió a la reunión ni se enteró. Y no es para menos. Servían unos brochetes de langostinos irresistibles. Cómo habrán sido que Guillermo Godfrid rompió la dieta. Una locura. Porque, hay que decirlo, el hombre necesita bajar esos kilitos de más que acumuló durante el embarazo de su bienamada Susana Manzelli. Pero su entusiasmo no se comparó con el de Charlie Bermejo que, cada vez que una bandeja le pasaba cerca, sudaba más que un cirujano en una sala de urgencias. "¿No tenés calor con traje?", le preguntó Mariela Spirandelli al verlo secarse la frente con un pañuelo. Había llegado temprano, vestida para matar y, aunque un enjambre de ejecutivos de dientes afilados revoloteaban a su alrededor, lucía imperturbable. Hacía gala de un aplomo que sólo se tiene cuando se acumula una gran experiencia. Algo que a la inquietante Mónica Peralta a todas luces le falta. Si no por qué habría de ponerse tan nerviosa cuando, atraída por el fabuloso vestido verde sin espalda que dejaba ver tanto como insinuaba, la muchachada loca del cable se le acercaba a saludarla. Sus intenciones eran aviesas, pero no daba para asustarse. Aunque, a decir verdad, la sombra en la mirada de Martín Pigazzi metía miedo. Con el pelo como un cepillo, los brazos torneados en el gimnasio y una copa de champagne en la mano lucía como Christian Bale en "American Psyco". Pura imagen. Los que lo conocen dicen que es un osito de peluche.
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