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 domingo, 05 de diciembre de 2004  
Mercados: Se viene un verano caliente

Salvador Di Stefano

La semana estuvo llena de definiciones. El gobierno sale a buscar al Banco New York para reestructurar la deuda luego de haberlo echado y acusado de conspirador días atrás, dos proyectos de ley fijan el precio de las garrafas y las comisiones de tarjetas de crédito, las provincias y municipios tienen licencia para estafar ya que sus bienes serán inembargables, el gobierno utiliza los superpoderes para capitalizar al Nación y en el corto plazo le inyecta 1.000 millones de pesos y hasta el 2007 900 millones adicionales.

Además, en la semana el Banco Central compró dólares por 319 millones y emitió pesos por un total de 932 millones. A este ritmo emitiría 48.500 millones de pesos en un año y nos saldrán los pesos por las orejas. Por si fuera poco, las provincias recibirán más fondos en concepto de coparticipación. Lavagna estuvo a punto de renunciar cuando no le permitieron modificar la carta orgánica del BCRA y Martín Redrado da más conferencias de prensa que Robbie Williams.

En resumen, hay más Estado y mayor presión impositiva al sector privado, más vocación por gastar el dinero y menos por honrar la deuda, más demagogia con los pobres y poca visibilidad de largo plazo para las inversiones.

La reestructuración de la deuda merece un párrafo aparte, el presidente en reiterados discursos salió a plantear que no modificará la oferta a los bonistas. La propuesta es impresentable y tal como está planteada difícilmente consiga una aceptación que le abra las puertas a un acuerdo con los organismos financieros. En este caso la mira de los analistas está puesta en las necesidades de financiamiento para el 2005 ya que sin acuerdo con el FMI habrá que pagar sin reembolso de los fondos o declararse en cesación de pagos con los organismos financieros.

Mientras tanto, la tasa de largo plazo crece en el mundo y el dólar se devalúa contra todas las monedas. En el país el gobierno lleva adelante una convertibilidad exitosa ya que mantiene planchado a la relación dólar peso y a su vez gana competitividad contra el resto del mundo porque nos anclamos al dólar que se deprecia. Por ejemplo la relación dólar euro estaba en 0,92 en el 2002 y el viernes cerró en 1,35.

El gobierno parece querer buscar una convertibilidad sana, no permite que el peso se revalúe contra el dólar, emite e inyecta pesos en la economía, el problema es que ante cada pago a los organismos pierde reservas y esto deteriora la calidad de la base monetaria o bien incrementa el endeudamiento del BCRA. Daría la impresión que el gobierno busca solucionar este problema no pagando al exterior y busca en la magia de la convertibilidad los éxitos políticos que le permitieron a Menem ganar seis elecciones consecutivas.

Evidentemente los argentinos nos parecemos muy poco a los animales porque tropezamos dos veces con la misma piedra. En algún momento para mantener la convertibilidad endeudamos al país, hoy endeudamos al BCRA con un festival de Letras y Notas. En el año 2001 nos equivocamos al entrar en default y nos podemos volver a equivocar si en el año 2005 dejamos de pagarle a los organismos.

Conclusión: los mercados seguirán teniendo un comportamiento errático con la mirada puesta en la reestructuración de la deuda, el dólar muy tranquilo y la tasa muy baja. En diciembre el plan felices fiestas con reparto de fondos para todos los sectores será muy exitoso, el problema es qué pasará en el verano 2005 que se viene más caliente que nunca.
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