 | | martes, 30 de noviembre de 2004 | A nivel diplomático Argentina e Italia acordaron bajar el tono de la disputa por las acreencias en cesación de pago El FMI condicionó nuevos préstamos al resultado del canje de la deuda El presidente Néstor Kirchner dijo que no se dejará "correr" por las presiones externas en torno a la reestructuración El Fondo Monetario Internacional (FMI) redobló ayer su ofensiva hacia la Argentina al advertir que el organismo no debería renovar sus préstamos al país en caso que la reestructuración de la deuda no sea sustentable.
"Si el acuerdo no se alcanza como lo sugiere un plan sustentable de mediano plazo y la posición no parece viable, el Fondo no puede continuar prestando", sostuvo Jack Boorman, asesor del directorio del organismo que dirige Rodrigo de Rato.
Pese a que en las últimas horas, la presión externa sobre la Argentina se torna cada vez más ostensible e ingresa plenamente en el terreno diplomático, ayer el canciller Rafael Bielsa y el embajador de Italia en el país, Roberto Nígido acordaron bajar el tono a la disputa pública en torno a las posiciones de ambos países respecto del canje de deuda y que concentraron la atención esta semana.
En un encuentro que tuvieron anoche por espacio de una hora en el despacho del canciller a pedido del diplomático italiano, tanto Bielsa como Nígido expusieron las posiciones de cada una de las partes, y acordaron "buscar nuevas vías políticas y diplomáticas para contribuir al desarrollo de la relación de los dos países".
Durante la reunión el canciller explicó al diplomático que las declaraciones del presidente Néstor Kirchner respecto de la responsabilidad de los bancos italianos "no fue un hecho circunstancial, sino el resultado de una serie de antecedentes" con los que cuenta y que argumentan esa postura.
Precisamente momentos después del encuentro en el que se acordó bajar el tono beligerante entre ambas naciones, el propio Kirchner aseguró al participar en un acto en Costa Salguero que no se dejará "correr" por presiones externas, y dijo "no tener miedo" a los mensajes vinculados con el canje de la deuda.
"Nos cambiarán la fecha (de la apertura del canje). No importa, seguiremos trabajando para que la Argentina pueda potenciar el camino de la recuperación", sentenció el mandatario argentino.
"Que no nos corran, no les tenemos miedo", disparó el primer mandatario en el marco de la Jornada por la Inclusión Social para una Argentina con más Trabajo, y aseguró que "primero (están) los argentinos, primero la patria, primero la bandera, primero el país", abundó.
Presión del Fondo En rigor, más allá de las presiones de los bonistas italianos, Kirchner salió al cruce de las últimas declaraciones de funcionarios del FMI, quienes ayer advirtieron que la entidad "en última instancia, tendrá que hacer un juicio sobre el mantenimiento de la posición de Argentina conforme a cualquier acuerdo alcanzado".
Los conceptos de Boorman (asesor del organismo internacional) fueron publicados ayer en la página web oficial del FMI y corresponden a un discurso que pronunció en un seminario realizado en Londres.
La Argentina y el FMI acordaron suspender las revisiones del acuerdo en curso desde septiembre y en consecuencia el país pagará hasta fin de año unos 1.100 millones de dólares.
La prórroga en la negociación obligará al país a hacer frente durante el primer trimestre de 2005 a vencimientos con el organismo por unos 1600 millones de dólares.
Durante su presentación en Gran Bretaña, Boorman condicionó la actuación del FMI bajo cualquier escenario. El asesor dijo que "si se alcanza un acuerdo, el FMI tendrá que juzgar la sustentabilidad de la posición externa argentina bajo ese acuerdo y su capacidad para cumplir con sus obligaciones con el FMI".
A su vez advirtió que "si no se alcanza un acuerdo, el FMI tiene que decidir si le seguirá prestando a la Argentina".
Mientras a nivel diplomático la relación parece haber entrado en un impasse tras el encuentro de ayer de los diplomáticos de Argentina e Italia, los bonistas italianos sostuvieron ayer que el gobierno de Silvio Berlusconi tiene una política "cauta" respecto a la deuda en default y que los problemas que se desataron con Argentina se deben a la estrategia de confrontación que existió para con los acreedores privados.
Mauro Sandri, abogado representante de bonistas italianos, dijo desde Roma que Argentina "encaró una lucha suicida" contra los tenedores de bonos y opinó que el gobierno de Italia tiene una política "cauta" sobre el proceso de renegociación.
El efecto Berlusconi Si el gobierno de Berlusconi "no defendiera los intereses de los acreedores locales tendría un riesgo político y financiero muy elevado", advirtió el letrado.
En otro capítulo de esta tensa relación, ayer el dirigente de consumidores bancarios de Italia, Tulio Zembo, aseguró que "no es justo" que los bonistas italianos "sean los únicos en pagar el pato de la boda".
Zembo aseguró que a los tenedores de títulos argentinos en Italia "no les importa la polémica" que pueda surgir entre los gobiernos de Néstor Kirchner y Silvio Berlusconi, por considerar que "lo que siempre estamos mirando es la resolución del problema: nosotros queremos cobrar nuestra plata".
Pese a ello, agregó que "evidentemente la presión sobre el gobierno italiano cada día va a ser más pesada ya que somos millones de electores que entran en un año electoral importante en Italia para el actual premier Berlusconi".
Zembo afirmó que "la Argentina tiene la posibilidad de hacer lo que aconsejamos. No solo presionamos en Italia, también en Argentina, en Alemania, en el mundo, donde se está perjudicando a millones de pequeños ahorristas", dijo.
Sostuvo que "Argentina no debe decir que somos estafados y luego ofrecernos un papel a cuarenta años y pagar cash al FMI y a los bancos, y pagar a todos menos a los pequeños acreedores". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Bielsa y el embajador italiano. | | |