Un cerro de leyenda

Víctor Hugo Díaz es quien guía a los visitantes en el arte de la pesca. Pero sus conocimientos no sólo se concentran en el buen pique, sino que también es guía autorizado para los ascensos al cerro Uritorco. "No conviene subir con desconocidos", recomienda.

El ascenso generalmente comienza a las 6 de la mañana (de setiembre a febrero) y se demora 2 horas y media en subir los 1.978 metros. "A partir de los 1.000 metros se siente el apunamiento y conviene descansar un rato", dice. El descenso es a partir de las 11 previa llegada a la cima, desde donde se observa Capilla del Monte, La Falda y el dique Cruz del Eje. En caso de querer subirlo a la tarde, conviene quedarse arriba durante la noche.

"No es muy frecuente pero se suelen ver luces que se desplazan", relata Víctor al ser consultado sobre el misterio que rodea al cerro. "Cuando llegás arriba se siente una energía especial", confirma el guía luego de la insistencia de la cronista.

Sin embargo, tanto Víctor como otros habitantes de Capilla del Monte se encargan de relativizar los relatos que dan cuenta del cerro como un sitio elegido por seres de otros planetas. "Fue agrandado por la prensa", subraya.

Más allá de la certeza de los relatos, lo cierto es que Capilla del Monte es reconocida mundialmente por sus supuestas virtudes energéticas y elegida para encuentros místicos organizados en el país.

Actualmente el cerro Uritorco es propiedad de la familia Anchorena y está concesionado. El municipio de Capilla del Monte intenta expropiarlo y ofrecer el servicio de ascenso y descenso que convoca diariamente a unas 600 personas (en temporada alta).