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 domingo, 28 de noviembre de 2004  
Motines en la pantalla de TV

Kiev. - Debe de haber habido una revolución en la televisión ucraniana. De repente, se pueden apreciar dos puntos de vista. Menos de dos semanas atrás, según los medios electrónicos, la oposición al candidato aprobado por el gobierno, Viktor Yanukovich, simplemente no existía. Si Yushchenko aparecía en la pantalla era sólo como un fanático nacionalista que necesitaba ser ocultado para que Yanukovich se convirtiera en presidente. Pero nada más, según parecía.

El gran quiebre llegó a través de un anuncio sorpresivamente emotivo previo al noticiero de la noche del jueves del mayor canal de televisión del país, 1+1. Todo el equipo periodístico, incluyendo a las más importantes presentadoras de noticias de Ucrania -Alla Mazur y Liudmila Dobrovolska-, se paró frente a la cámara en ropa informal, sin una iluminación especial ni sonrisas televisivas.

Mazur y Dobrovolska estaban tomadas de la mano, mientras que el director del canal, Oleksander Rodiansky, leía un comunicado. "Reconocemos nuestra responsabilidad por la inexactitud de la información que fue puesta al aire previamente bajo la presión y la dirección de diferentes fuerzas políticas", dijo Rodiansky. "En el futuro, nuestros datos serán absolutamente confiables", agregó.

Después de eso, el noticiero de la noche de 1+1 transmitió a todo el país sus primeras imágenes de las masivas manifestaciones antigubernamentales, junto a informes detallados de la severa crítica internacional sobre la validez de la votación.

El canal llega prácticamente a todos los hogares. Para las regiones del este de Ucrania, que carecían de información, fue la primera confirmación de que desde hace casi una semana se estaban registrando en el país desórdenes masivos. Ese fue un gran cambio. Hasta el jueves por la noche, 1+1 seguía la línea marcada por la administración del presidente Leonid Kuchma.

Estaba muy cerca de la censura. El subalterno de Kuchma, Viktor Medvechiuk, enviaba informes diarios a medios progubernamentales donde los instruía acerca de qué historias cubrir y cómo tratarlas. Medvechiuk negó la existencia de estas instrucciones, llamadas "temniki" en ucraniano. Copias de temniki con la firma de este funcionario estuvieron apareciendo en medios de la oposición durante meses. Vyacheslav Pikhovschyk, el hombre que supuestamente hizo efectivas las temniki, fue despedido de su puesto de editor de noticias de 1+1 el mismo día en que Rodiansky prometió información imparcial en el futuro.

Bajo circunstancias normales el gobierno hubiera manejado el motín de 1+1 con técnicas probadas: enviar a la policía a investigar a la dirección, al inspector impositivo a hacer una auditoría y despedir a los empleados que se quejaran sobre esto.
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