| domingo, 28 de noviembre de 2004 | El gobierno dice que es "una risa" que un atado cueste "apenas" $3 Lo afirmó el subsecretario de Programas de Prevención de la cartera sanitaria. "Queda aún mucho por hacer", afirmó Que el consumo de cigarrillos no haya descendido en la ciudad y en la región no es una sorpresa para el subsecretario de Programas de Prevención y Promoción para la Salud de la Nación, Andrés Leibovich, mano derecha del titular de la cartera sanitaria, Ginés González García. "Me preocuparía que haya aumento del consumo", le dijo a La Capital el responsable de las distintas campañas contra el tabaquismo que lleva adelante el gobierno de Néstor Kirchner. Para el funcionario, mucho se ha hecho sobre el tema, pero también "queda mucho por hacer". Y entre esas tareas pendientes puso el énfasis en que "hay que aumentar el precio de los cigarrillos, no sólo el impuesto. Que acá cueste un paquete apenas 3 pesos mientras en el exterior sale 7 dólares, es una risa", señaló.
Leibovich analiza por qué la campaña contra el tabaco no produjo un descenso en el consumo de cigarrillos. Dice que ningún gobierno, hasta hora, se había puesto "los pantalones largos" en esta materia. Y para él eso explica que los resultados sean por el momento casi imperceptibles. "Nosotros venimos haciendo un trabajo en favor de la salud de la gente, no contra la industria tabacalera. Para el presidente y el ministro las campañas antitabaco son política de Estado. "Veníamos con este tema a 240 kilómetros por hora y sin freno, y de golpe pusimos medidas que no frenaron la cosa totalmente, pero la amortiguaron", dijo Leibovich.
Con esta metáfora, el funcionario se refirió a las iniciativas impulsadas desde la cartera de Salud de la Nación. Firmar un convenio marco para control del tabaco con otros 200 países de Naciones Unidas, premiar con viajes por el país a fumadores que dejaron el pucho, repartir folletos en la vía pública y los lugares de veraneo, y abrir un registro de empresas libres de humo (deben cumplir con pautas estrictas como que en todos los espacios y vehículos de la firma no fume nadie: ni jerárquicos, ni empleados. Ya hay 18 empresas certificadas y otras 170 en proceso).
Sumando actores No obstante, Leibovich dice que muchos actores deben sumarse a esta política. "Por un lado los fumadores pasivos deben hacerse respetar más, por otro lado el Ministerio de Economía debería subir los impuestos a los cigarrillos, los legisladores deberían aprobar proyectos como el que prohíbe la venta de tabaco a menores y se deben intensificar los controles en bares, restaurantes y lugares cerrados, queda mucho por hacer y todo suma", señaló.
Más allá de la agenda que queda abierta, el funcionario remarcó que cada paso que se da y se piensa a futuro no apunta a perseguir a los fumadores. "Esto sería marginar a un grupo social muy grande, sólo se pretende regular dónde fumar, generar conciencia", indicó.
"¿No es contradictorio lanzar un paquete de medidas antitabaco y a la vez que el gobierno nacional reciba con beneplácito la instalación de una nueva tabacalera en Tucumán?", le preguntó La Capital al subsecretario del Programas de Prevención de la Salud de la Nación. Leibovich respondió que "no" porque "el 80 por ciento de lo que se produce en el país en materia de tabaco, se exporta. Además, no podemos pretender que una provincia tabacalera incendie hoy sus plantas, estamos hablando de muchas fuentes de trabajo en juego".
Y cuando el interrogante fue qué país da ejemplo de políticas antitabaco, enumeró: "Finlandia, Canadá y Nueva Zelanda, países con gente educada; los argentinos no lo somos, nos caracterizamos por no respetar las reglas de convivencia". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Desde la Nación remarcan que las campañas "no apuntan a perseguir a los fumadores". | | |