| viernes, 19 de noviembre de 2004 | | | Charlas en el Café del Bajo [email protected]
-Un amigo suele preguntarme por qué motivo y con cierta frecuencia hablo en estas columnas de temas religiosos y de Dios y yo le digo que hay mucha gente a la que le interesa esa cuestión y a esa gente hay que ofrecerle también un espacio de reflexión. Lo que no le he dicho acaso claramente es que a mí también me interesa Dios porque a menudo es el último refugio que me queda cuando el mundo me tapa con sus ingratitudes y lo que no le he aclarado suficientemente es que yo siempre vinculo a Dios con la cuestión social y la vida cotidiana. Es decir, enfoco la cuestión religiosa desde un punto de vista poco frecuente: la de recordar que Dios no es sólo un Shemá Israel o un Padrenuestro, sino cumplir con sus leyes para alcanzar un mundo mejor.
-¿Me quiere decir que tiene que ver su amigo y Dios con el Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de lo que dijimos que hablaríamos.
-Déjeme que termine la idea, que mezcle estos ingredientes y prepare el plato. Mi amigo me llamó hace unos dias y en un determinado momento me dijo al hablar de tantas traiciones y traidores y de tantas ingratitudes que recibe: "Estoy cansado, tengo ganas de tirar todo al diablo". Yo lo entiendo, porque se la pasó haciendo favores, atendiendo a cierta gente, complaciendo requerimientos y satisfaciendo pedidos y con frecuencia le han pagado mal. Yo sé bien qué es la traición, la ingratitud: es un suceso que produce un sentimiento doloroso. Todos conocemos la historia de Moisés quien, guiado por Dios, liberó al pueblo de Israel del sometimiento egipcio. Cuando desciende del monte al que había ascendido para que Dios le diera las tablas de la ley el profeta se encontró con que parte de este pueblo, ingrato, estaba adorando a un ídolo, a un becerro de oro. Todos conocemos la traición de Judas. Jesús le había dado un puesto destacado, no era sólo un apóstol más del selecto grupo de los doce, cercano y amado, sino un apóstol con jerarquía, manejaba las finanzas del grupo. Este Judas no tembló al entregar a ese amor encarnado (que le había dado hasta la gloria de ser su gran discípulo) para que lo crucificaran. Pero quiero recordar a mi amigo y a todos los que se sienten traicionados que el final de esos israelíes que se olvidaron de Moisés, el final de ese Judas que traicionó a Jesús fue tremendo y angustiante. El traidor, el ingrato, más tarde o más temprano paga bien por sus actos.
-¿Y el Tribunal de Cuentas?
-Es otra historia de ingratitudes. Dos mujeres, Mabel Cabrera y Agueda Orsaria, dos excelentes profesionales y personas, actuales vocales del Tribunal de Cuentas municipal, órgano que tiene a su cargo el control de las finanzas del municipio, eran trabajadoras municipales y hace ocho años se presentaron en el concurso para cubrir el cargo de vocales en ese organismo. Por sus antecedentes y méritos lo ganaron y pidieron licencia sin goce de sueldo en la Municipalidad mientras durara su desempeño en esos cargos. Destaco que corresponde y que es norma y costumbre en todas partes que el Estado reserve el puesto del trabajador hasta tanto éste termine su mandato como funcionario de mayor jerarquía. ¿Qué ha hecho la Municipalidad? Pues como el mandato ha expirado y se ha llamado a un nuevo concurso para cubrir esos cargos, en medio de este concurso a estas mujeres las han echado de la Municipalidad, las han dejado cesantes. Claro, ellas y otro vocal cumplieron eficientemente su labor y han elaborado dictámenes de todas las irregularidades detectadas durante la administración del ex intendente Binner y algunos de estos dictámenes sirvieron como prueba para denuncias penales que hay en la Justicia. Estas mujeres y el tercer vocal están investigando ahora al Servicio Público de la Vivienda. Bueno, amigos lectores, el Departamento Ejecutivo las ha echado como trabajadoras de la Municipalidad justo cuando termina su mandato como vocales en el Tribunal de Cuentas. Ahora me pregunto: ¿qué ha han hecho, qué han dicho los señores concejales especialmente aquellos representantes de los descamisados y los trabajadores, esos que pertenecen a un movimiento que se ufana de la lealtad? ¿Piensan dejar a estas mujeres sumidas en el sabor amargo de la ingratitud que siente un ser humano que es condenado por haber hecho las cosas bien? ¿Van a reivindicar el principio peronista de lealtad al pueblo y a los trabajadores especialmente cuando estos son honestos? ¿O acaso van a cambiar figuritas? Mañana seguimos.
Candi II | | | Agregar a favoritos | Escorpio - 24/10 al 21/11 | | | |