| domingo, 07 de noviembre de 2004 | Superclásico devaluado River y Boca juegan buena parte de sus chances Miguel Brindisi exageró cuando el último domingo, después del frustrante empate sin goles ante Instituto, dijo que el superclásico vale "33 puntos". ¿Exageró?
En realidad, el cuestionado técnico xeneize intentó dejar en claro lo que presiente toda la patria futbolera: que si hoy River le gana a Boca, o Boca le gana a River, en fin, si el superclásico tiene vencedores y vencidos, uno de los dos se mantendrá en carrera en la lucha por el título y el otro afrontará las últimas cinco fechas sabiendo que difícilmente este extraño Apertura vuelva a darle otra oportunidad.
El crucial mano a mano entre millonarios y xeneizes tendrá lugar a partir de las 16.10 en un Monumental repleto y con apenas siete mil hinchas de Boca.
Sería engañoso creer que River llega mejor por el simple hecho de haberle ganado a Olimpo en Bahía Blanca en la fecha anterior. Esa victoria seguramente habrá retemplado sus ánimos, le habrá insuflado a sus jugadores algo de esa moral positiva que habían perdido al caer sucesivamente ante Almagro, Lanús y San Lorenzo.
La realidad advierte que River no convence, que genera menos fútbol que incertidumbres y que le hacen goles en todos los partidos porque tiene una defensa frágil como los bracitos de un bebé.
Boca parece estar más urgido, un poco porque tiene un punto menos que su viejo rival y otro porque en el choque de hoy estaría en juego la continuidad de Brindisi, a quien una derrota podría empujarlo a renunciar apenas cuatro meses después de haber asumido.
La incómoda posición del entrenador se justifica en los flojos rendimientos del equipo, en su falta de muñeca para encontrar la formación ideal (algo que lo emparenta con Astrada) y en lo desfavorable que resultan para él las inevitables comparaciones con su antecesor, Carlos Bianchi, poco menos que Dios para los hinchas.
Los números, relativos pero no tanto, dicen que River no gana en su cancha desde la tercera fecha, que Boca perdió sus últimos cuatro partidos fuera de la Bombonera, que desde la llegada de Leonardo Astrada los millonarios ganaron cuatro superclásicos sobre cinco y perdieron el restante, y que así y todo los xeneizes mantienen su paternidad con seis encuentros de ventaja en el historial.
Misteriosos, los dos técnicos escondieron sus cartas y no confirmaron las formaciones. Incluso, tanto Astrada como Brindisi quebraron sus costumbres en las prácticas de ayer: el de River no realizó el habitual trabajo de pelota parada en que para a los titulares, y el de Boca volvió a cerrar las puertas de la Bombonera pese a que el viernes había dicho que todos podrían observar el entrenamiento.
De todos modos, las dudas por develar son pocas. En River jugarían de entrada Zapata y Salas, aunque Astrada dejó la puerta abierta para que ingresen Jesús Méndez, con seis partidos en primera, y Gastón Fernández.
Si entra, Méndez jugará como volante central, Mascherano irá a la derecha y Luis González seguirá en el sector izquierdo del medio.
Por el lado de Boca, se supo que Brindisi paró como volante por derecha a Pablo Ledesma, quien finalmente le habría ganado la pulseada a otro chico de la cantera, Víctor Ormazábal. Pero habrá que esperar hasta un rato antes del choque para tener la confirmación.
Quien regresa luego de sus polémicas vacaciones es Carlos Tevez, un jugador desequilibrante que últimamente estuvo alejado de su mejor nivel.
Si River ruega por una tarde iluminada de Gallardo y de sus dos delanteros, Boca le pone sus fichas a la capacidad goleadora de Palermo, un experto en eso de hacer sufrir a los de la banda roja (lleva once gritos en los superclásicos).
Será crucial para los dos. La tensión y la emoción están garantizadas. Ahora sería bueno que los dos vuelvan a ser y se pongan a la altura futbolística de un duelo colorido y caliente como ninguno. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El Apache Tevez, el jugador distinto en el equipo xeneize. | | |