 | lunes, 18 de octubre de 2004 |  | [email protected]
-Ayer se celebró el Día de la Madre y tenemos un pedido, Candi. ¿De qué se trata?
-Ivana Ludueña, una lectora, pide que publiquemos un mail que nos envió con una poesía de Pedroni.
-Bueno, léalo.
-"Estimado Candi: Te escribo, tal vez un poco tarde, para saludarte y expresar mi deseo de compartir esta poesía con ustedes, dedicársela a mi madre y a todas las madres en su día, espero que les guste. "Maternidad", de José Pedroni: "Mujer, en un silencio que me sabrá a ternura,/durante nueve lunas crecerá tu cintura;/ y en el mes de la siega tendrás color de espiga,/ vestirás simplemente y andarás con fatiga./el hueco de tu almohada tendrá un olor de nido,/y a vino derramado nuestro mantel tendido./Si mi mano te toca, tu voz, con la vergüenza,/se romperá en tu boca lo mismo que una copa./El cielo de tus ojos será un cielo nublado;/tu cuerpo, todo entero, como vaso rajado/que pierde un agua limpia; tu mirada, un rocío;/ tu sonrisa, la sombra de un pájaro en el río./Y un día, un dulce día, quizá un día de fiesta/para el hombre de pala y la mujer de cesta;/el día en que las madres y las recién casadas/vienen por los caminos a las misas cantadas;/el día en que la moza luce su cara fresca,/y el cargador no carga y el pescador no pesca;/tal vez el sol deslumbre, y quizá la luna grata/tenga catorce noches y espolvoree la plata/sobre la paz del monte; tal vez en el villaje/llueva calladamente; quizá yo esté de viaje./ Un día, un dulce día, con manso sufrimiento,/romperás cargada como una rama al viento./Y será regocijo de besarte las manos;/y de hallar en el hijo tuá misma frente simple, tu boca, tu mirada,/y un poco de mis ojos, un poco, ícasi nada!" -Usted sabe Inocencio que con esta hermosa poesía de Pedroni hace muchos años, en mi juventud, me ocurrió algo inesperado, un papelón. Yo había escrito un poema para obsequiarle a una mujer de la que estaba enamorado y el final terminaba con un deseo parecido al del poeta santafesino. Claro, yo vendí mi obrita como de producción propia y la verdad es que lo era, pero al recibirla la muchacha dijo: "í¿Pero este final no se lo copiaste a Pedroni!?" Afortunadamente la muchacha releyó mi poema y era tan malo que era imposible que yo, para mejorarlo, no hubiera, en todo caso, plagiado otras partes del de Pedroni, así que me creyó.
-¿Y el niño tuvo algo de sus ojos?
-Otro día le cuento. Siga leyendo la carta de Ivana.
-Bueno esta chica termina diciendo: "En homenaje a todas las madres, especialmente a Rosa, mi mamá; Catalina, Marta, Tyna, Patricia y a aquellas madres que no están presentes pero seguramente viven en nuestros corazones: Francisca y Ana".
-¡Ivana! ¡No te olvidaste de ninguna mamá!
-Alguien dirá, Candi, que en el Día de la Madre nosotros no hablamos de ese tema. Conviene una pequeña aclaración, sin dejar de advertir que algo dijimos el domingo 10 de octubre pasado.
-La verdad es que los "Días de..." son simpáticos, alentadores, recordatorios y cumplen una misión, pero los "Días de..." deberían celebrarse todos los días, todos los momentos con actitudes y no con meras declaraciones. Celebrar el "Día de..." sólo para cumplir con el protocolo, la cortesía o el formalismo no sirve de mucho. Por ejemplo: Ayer el peronismo celebró el Día de la Lealtad, es decir recordó esa epopeya en la que el pueblo salió a la calle no sólo para pedir por la liberación de un líder, sino para reivindicar sus derechos. Ahora, cuando yo veía a cierto "¿peronista?" hablar a propósito del Día de la Lealtad me preguntaba: ¿Lealtad a quién? ¿A Perón, a Eva? ¿Al pueblo Argentino? A los primeros no porque le han dado la espalda a sus principios. Al pueblo argentino menos porque han privilegiado y siguen privilegiando otros intereses ¿Lealtad a sí mismo y a las necesidades de la corporación política? íAh!, si es así entonces comprendo que se haya celebrado el "Día de la Lealtad". Pero afortunadamente, y para separar las cosas, hay gente como Ivana que a los principios los llevan estampados en el corazón todos los días.
Candi II | | |  |