| martes, 12 de octubre de 2004 | | [email protected]
-El caso de Carmen de Patagones y especialmente los casos de violencia en las escuelas siguen siendo motivo de reflexiones, Candi.
-Desde luego Inocencio, porque es preocupante. El de la violencia es un fenómeno que se fue generalizando e instalando en la sociedad desde hace años y de pronto surgen casos tremendos, trágicos. Yo diría que son algo así como el pico de un iceberg que indica en qué estado se encuentra la sociedad, no sólo argentina, sino del mundo.
-Sí, pero lamentablemente en los países periféricos como el nuestro esta violencia social se nota más. Le voy a leer una carta que nos envía el señor Bressan sobre esto y después seguimos la charla.
-Con mucho gusto.
-Dice el lector: "La tragedia de Carmen de Patagones nos dejó a todos horrorizados. Mucho se ha dicho y escrito sobre el hecho. Quizás algunas causas se han obviado totalmente. Las causas que producen estos hechos tan desgraciados son directas y/o particulares y están también las indirectas. Para este caso puntual existen dos causas particulares muy notorias: primero, el padre. La actitud del padre en enseñar a un hijo menor de edad el manejo de armas de guerra y tenerlas a la vista de la familia es directamente una incitación al crimen, por lo cual esta persona debería ser juzgada como partícipe directo. Segunda: la negligencia notoria de la dirección del colegio en cosas fundamentales como permitir y aceptar dibujos de carácter violento en las paredes del frente de la escuela que actúan negativamente en la mente de los adolescentes, es una actitud antipedagógica y antieducativa muy grave. Bajo ningún aspecto se puede permitir dibujos, leyendas, etcétera, que afecten la paz, la concordia, la armonía, la solidaridad en un establecimiento educativo. Lamentablemente, muchas escuelas permiten esas graves irregularidades, a veces se observa la imagen del "Che", símbolo de la violencia irracional. La dirección asimismo hizo caso omiso a lo que ocurría en el aula, caso real, los escritos en los bancos, es inconcebible. Pero veamos cuáles son las causas indirectas a nivel nacional. Una de ellas yo creo, y coincido con una encuesta hecha a grupos de mis alumnos, son los medios de comunicación social, en especial la televisión. Muchos de los programas de hoy, llamada televisión basura, y que los chicos ven, son programas que incitan a la violencia, a la burla, a la falta respeto, a ponderar la droga, el sexo barato sin amor, a uniones anormales, acompañados con programas musicales con letras de extrema violencia. Todo esto, crea un campo demasiado fértil para que los jóvenes y niños tiendan a ese tipo de comportamiento. Es evidente que cuando los valores morales van desapareciendo todo lo malo, entre ellos la violencia, aparece con toda su fuerza. Le corresponde al gobierno juntamente con la sociedad y en especial la escuela comenzar la lucha contra esos grandes males que se alimenta con la droga, la pobreza, la marginación, etcétera. J.C. Bressan".
-Creo que el lector pone énfasis en algunas cuestiones puntuales que ayudan -¡y cómo!- a la proliferación de actitudes violentas. El menciona dos cosas que son importantes: algunos programas y series televisivas y la droga. Sin ninguna duda de que cierta televisión ha hecho un aporte nefasto para la buena cultura. Y sin ninguna duda también que la droga (en la que incluyo el consumo de alcohol) es disparadora de violencia y semillas malignas que la cultiva. Hay una pasmosa permisividad del tráfico de droga y es lisa y llanamente increíble tanta pasividad sobre un tema que está devastando a la sociedad argentina. Ya lo hemos dicho muchas veces aquí. Ahora, hay también otros factores que yo destacaría: los juegos informáticos en donde se exalta la violencia y a los que acceden los chicos desde muy temprana edad sin que muchos padres adviertan el peligro que esto implica. Una amiga, psicóloga, eminente y profesora habla de ello como herramienta eficaz para la idiotización y enfermedad de la mente. Y otro factor determinante es también el contagio de los chicos de la violencia de los grandes. Vivimos, si se observa en cada lugar y cada momento, una cultura de la violencia. Hasta mañana.
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