A raíz de un decomiso de 261 cueros investigan si hubo delito de abigeato

No tenían documentación en regla 94 piezas de ese lote. Por lo que presumen que pueden provenir del cuatrerismo

Cañada de Gómez.- El decomiso de algo más de doscientos cueros vacunos que eran transportados por la ruta 9 sin la habilitación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), en el marco de un procedimiento realizado por personal de la Guardia Rural, puso al descubierto una seria maniobra delictiva vinculada al abigeato y al tráfico ilegal de mercancías.

Un camión Mercedes Benz, que transportaba 261 cueros bovinos, fue inspeccionado por empleados de un puesto policial ubicado en el sector oeste de Cañada de Gómez. Los efectivos de la Guardia Rural de la policía santafesina detectaron que la empresa transportadora "no contaba con la habilitación correspondiente para el tráfico federal de mercancías" y que el vehículo "carecía de los precintos de seguridad exigidos para este tipo de cargas".

La carencia de esa documentación dio origen a un control más exhaustivo del cargamento por parte de los agentes, lo que desnudó una irregularidad mayor: 40 de los cueros que llevaba el rodado no contaban con la marca que certifica el dominio de origen, en tanto que otros 52 llevaban grabados apócrifos.

"Inmediatamente dimos conocimiento a la Justicia, a la Dirección Provincial de Rentas, a la Administración Federal de Impuestos (Afip) y al Organismo Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca)", explicó a esta diario el responsable de la repartición policial con asiento en Cañada de Gómez, Gonzalo Pallavidini.

La causa esta siendo investigada por el juzgado correccional de San Lorenzo, a cargo de Juan José Tutau. El magistrado deberá determinar el origen de los animales faenados. La presunción es que el caso revelaría el último eslabón de una cadena delictiva vinculada al robo mayor de ganado.

La mercadería fue depositada preventivamente en la empresa Sur Santafesinos Cueros de esta ciudad, propiedad de Ricardo Tessaro. Este establecimiento ubicado en el sur cañadense cuenta con una barraca que dispone de saladeros para que los cueros se mantengan en condiciones.


Falta de documentación
"El transportista tampoco contaba con la documentación sanitaria correspondiente. El destino real de la mercadería era aparentemente la ciudad cordobesa de Bell Ville y no la localidad de Punilla, de donde es originaria la empresa propietaria de los cueros", añadió Pallavidini.

La policía también informó que la empresa que trasladaba la mercadería es propiedad de José María Ottero, en tanto que los dueños de los cueros integran una empresa denominada Ionque, con asiento en la provincia de San Luis. El caso fue derivado en primer lugar al juzgado de Cañada de Gómez que se excusó por una cuestión de jurisdicción.

El incremento de los delitos rurales en perjuicio de los productores agropecuarios puso en alerta a las entidades intermedias que representan al sector, cuyos dirigentes advierten sobre "la necesidad de prevenir casos de abigeato y delitos conexos".

Los cueros fueron divididos en tres lotes. En el primero se identificaron 52 diseños de marcas líquidas, en el segundo el grabado de seis marcas y en el tercero con un faltante total de las impresiones que acrediten la correspondiente propiedad.

"Estamos ante un hecho de extrema gravedad que podría darnos la punta del ovillo con relación al destino de algunas partes de los animales que se roban en las explotaciones agropecuarias", resaltó Pallavidini.

Ese mismo puesto procedió semanas atrás al decomiso de una importante cantidad de hormas de queso. En ese caso se trató de una empresa que comercializa esa mercadería en el sur de la provincia de Santa Fe y que tiene por costumbre comprar productos artesanales sin el correspondiente control sanitario.

El operativo lo hizo la Guardia Rural Los Pumas en el acceso a Cañada de Gómez.