| miércoles, 08 de septiembre de 2004 | Editorial Firmeza en la lucha antitabaco En un país que intenta con ahínco abandonar la crisis -camino que ya ha comenzado a recorrerse- puede parecer, equivocadamente, frívolo o carente de importancia levantar la bandera del combate contra el consumo de tabaco en lugares públicos. Sin embargo, si se recuerda la dramática incidencia que posee el cigarrillo en los problemas de salud de la población -sobre todo, en la franja de recursos más bajos- y la cantidad de males potencialmente fatales que el vicio dispara -el último de ellos conocido es la temible "epoc" (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)- se llegará inevitablemente a la conclusión de que el Estado no sólo debe educar de manera permanente e intensiva acerca de los daños que provoca el hábito sino que, también, tiene que convertirse en celoso custodio de la salud de los no fumadores.
De allí que resulten profundamente positivas las inspecciones que llevó adelante el municipio rosarino entre el jueves y el domingo pasados, cuando verificó "in situ" si se cumplía la norma que prohíbe fumar en los espacios cerrados de acceso público. Entre los 140 comercios supervisados -bares, restaurantes, cibercafés y salas de videojuegos- nada menos que 87 estaban en infracción. La sanción que recibirán oscila entre los 20 y los 200 pesos, y el monto dependerá de los antecedentes del propietario del negocio.
Pero la información más trascendente en torno del tema se vinculó con las declaraciones que efectuó el director municipal de Inspección, Claudio Canalis, quien aseguró que "en las universidades públicas también se tendrá que restringir el cigarrillo". Debe recordarse que en el ámbito de la UNR rige en la actualidad una resolución que "insta" a que no se fume, que lamentablemente pocos fumadores cumplen.
Las consecuencias de tan desaprensiva actitud resultan perniciosas para quienes deben convertirse en obligados fumadores pasivos, con el lógico perjuicio para la salud sobre todo en temporada invernal, cuando el humo queda estancado en los ambientes cerrados.
Pero se trata, sin dudas, de argumentaciones tan repetidas como indiscutibles. A esta altura de los hechos han quedado más que sobradamente probados los letales efectos de la inhalación del humo del tabaco. Corresponde aplicar con el rigor necesario la normativa vigente y lograr que la UNR esté a la altura, en ese sentido, de lo que cabe esperar de la más elevada de las instituciones educativas. enviar nota por e-mail | | |