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 domingo, 29 de agosto de 2004

Rosario desconocida
Más de un estilo

Jorge Mario Bonacci (*)

Hay ciudades con aspectos urbanos incorporados a sus nombres como parte inseparable de los mismos. Son rasgos construidos que forman parte de su espíritu como emblemas distintivos, inseparables. La canción dice que París es "la ciudad de los puentes". Roma, con su profundo diálogo entre colinas, ruinas y palacios de todas las épocas, es "la ciudad eterna", donde anidan los tiempos y los misterios de la historia. Con sus torres buscando alturas, Nueva York es "la ciudad de los rascacielos". Río de Janeiro es "a cidade bonita cheia de encantos mil", ya que viven hermanados como en ninguna otra parte floresta, morros y arquitectura. Mientras, Buenos Aires pasea su fama como "la Reina del Plata", según lo enseñan su realidad y la voz de Gardel que cada día lo expresa mejor.

Y Rosario, la nuestra, fue "la Chicago argentina" por su poderío fabril en épocas felices, o algunos lo atribuyen a la mafia, olvidando que en realidad es la "Capital de los Cereales" a partir de su poderío en el rubro allá por los años 20 y 30, situación que vuelve a consolidarse en el presente, homenajeada por Eduardo Falú que la lleva por el mundo cobijada en la zamba, en su guitarra y en su voz.

A pesar de lo expresado las ciudades no responden a un sólo rasgo que las distinga. También colaboran la tradición popular, la inspiración volcada en algún hecho estético, lo fortuito de algún momento, o como en nuestro caso el fútbol que convierte a Rosario en "un aquelarre de leprosos y canallas".

Todo lo expresado se constituye a partir de su contención en el campo arquitectónico y sus complementos. Una ciudad aluvional es un compendio ecléctico con diversas lecturas de quienes se mueven por sus calles, y si tiene cuatro o cinco estilos "mayoritarios" en su cuerpo y es la más italiana de Argentina seguida por lo español, en su conjunto expresa a primera vista una mezcla incontrolada que influye en su realidad.

Un ejemplo de esto es la fotografía que muestra en Mendoza 2055, 2059/61 y 2073 la visión de tres viviendas absolutamente diferentes en su estilo: racionalismo, art-decó, e italianizante.


Desde cero
Para señalar lo opuesto y sólo en su aspecto visual se podría comparar con Brasilia donde Lucio Costa y Oscar Niemeyer concibieron un "homenaje al espacio ilimitado" en sus rincones públicos, expresando edificios oficiales y monumentos en el campo metafórico más la convicción de lo que debía ser el espacio urbano gestado desde cero como documento del siglo XX.

Otro ejemplo es Chandigarh, capital del Punjab (India), nacida de la nada a través del genio de Le Corbusier, donde edificios y espacios expresan alta poesía simbólica construida.

Oriol Bohigas, ya nombrado en esta serie, expresó que "lo que salva a las ciudades del aburrimiento es su eclecticismo". En el choque de lenguajes pueden nacer oposiciones significativas que aporten una característica que haga atractiva a la ciudad, aun en su supuesto desorden. Córdoba y Corrientes y su verdadero clima de "city" siempre viva se opone a la zona bancaria que muere al caer la tarde.

Si la arquitectura inglesa del ferrocarril aporta un golpe de sorpresa, lo pintoresco de Fisherton, Alberdi y La Florida se contrapone a esto mediante acentuadas diferencias.

El sentido de coherencia que transmiten las viviendas populares ubicadas a pasos de Mendoza y Felipe Moré, o al oeste vecino al parque Independencia, o en pasaje Monroe, pueden ser una magnífica lección a pesar de los años, en oposición a la falta de imaginación de los conjuntos habitacionales vecinos a la avenida de Circunvalación, especialmente de Córdoba hacia el limite sur del municipio. Estos ejemplos tomados al azar dan la pauta de que la expresión no se resuelve en un estilo controlado.

La ciudad puede expresar "estilo", pero no se resuelve "en un estilo" y su verdadero "estilo" es el aporte de infinidad de tipologías diversas y encontradas, contrapuestas en escalas, modelos, gustos y decisiones o caprichos que dictan los tiempos, las modas y los cambios, entre otros factores determinantes.


Manzanas completas
En cada vereda de una cuadra corriente pueden caber entre diez y doce lotes comunes. Hay muy pocas de ellas, salvo contados ejemplos, que puedan dar muestra de uniformidad referida a un estilo determinado. Las excepciones están principalmente en manzanas completas ocupadas por edificios de magnitud, como lo pueden ser los Tribunales viejos junto con el Normal Nº 2, la ex Jefatura de Policía, la vieja Aduana, los Tribunales Provinciales, y cualquier otro similar, siempre que no se encuentren aislados en parques o espacios públicos abiertos y de magnitud, en cuyo caso se estarían mostrando como monumentos exentos.

También aportan en este sentido aquellas cuadras que se mantienen más o menos completas e intocadas en cuanto a un alineamiento perfecto sobre la línea municipal, o el respeto de una uniformidad en altura, como lo puede ser el ejemplo de la vereda sur en Mendoza entre Buenos Aires y Juan Manuel de Rosas, donde la rotura del ritmo impuesta por dos edificios horizontales interpuestos en el conjunto ilustran con claridad y por deficiencia, lo que expresamos.

La realidad enseña que una ciudad es en sí muchas ciudades, tanto por lo que pueda leerse en su materialidad directa, así como por las necesidades que cada habitante se fije en un acto de comunicación con la misma.

La unión del hombre con su medio se alimenta de códigos visuales, pero también se nutre de los estados espirituales, de las realidades anímicas de cada uno y de las necesarias particularidades que satisfagan y alimenten el camino del encuentro.

Resulta entonces entrañable y necesario profundizar todo lo que sea la protección del yacimiento patrimonial de nuestra urbanidad sin distingos ni olvidos pero con el firme propósito de mantener a la ciudad con su mejor expresión a través de un camino sin cortes ni desvíos. No importa mucho si ello se logra por la uniformidad de rasgos o con oposiciones propias de una Babel moderna y pujante. Sólo será su guía "el arte de la urbanidad" y con ello, toda ilusión futura será alcanzada. Sin omisiones ni injusticias con nuestro futuro. Como corresponde.

(*)Arquitecto

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