| domingo, 29 de agosto de 2004 | Para leer: Un lenguaje en tensión Carlos Battilana (*) Recomiendo "Los heraldos negros", de César Vallejo. El libro, de 1918, plantea una indecisión entre el lujo verbal del modernismo y la gravitación de la vanguardia. No sólo hay sonetos, versos medidos y un discurso preciosista que remiten a la tradición, sino también rupturas que ya se presentan de modo explícito en el primer verso del libro: "Hay golpes en la vida, tan fuertes? Yo no sé". En esa indecisión, en esa falta de certeza reposa lo que más me interesa del libro, pues habilita una extraña combinatoria entre el lenguaje del modernismo y el de la vanguardia, una combinatoria que no se resuelve, sino que queda en el terreno de la mezcla y de la convivencia, que nunca es civilizada, sino de una fuerte tensión. Esta incertidumbre, en Vallejo, parece tener una respuesta en su poemario posterior, "Trilce", de 1922, de una extrema coherencia discursiva, que postula un lenguaje nuevo y un nuevo pacto de lectura en el ámbito de la poesía latinoamericana. Vallejo también nos dice que el pasado aún lo atraviesa, pero no lo conforma del todo. Por esa causa, para explorar algo nuevo serán necesarias una fortaleza desconocida y una escritura que reformule los protocolos de la lectura. Leer "Los heraldos negros" es reconocer una espera por lo que vendrá, transitar un lugar intersticial, que es el de la crisis del lenguaje, y demorarse en una confesión que evoca nuestro pequeño caudal de días: "Hoy no ha venido nadie a preguntar; /ni me han pedido en esta tarde nada.//No he visto ni una flor de cementerio/ en tan alegre procesión de luces./ Perdóname, Señor: qué poco he muerto!"
(*) Poeta. Vive en Buenos Aires. Su último libro es "La demora". enviar nota por e-mail | | |