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 domingo, 29 de agosto de 2004

Entrevista. El principal economista del ARI, analiza al gobierno
Rubén Lovuolo: "Argentina no tiene rumbo económico"
El especialista criticó al asistencialismo de los planes de ayuda social porque sólo persigue un fin electoralista

Carlos Walter Barbarich / La Capital

"El gobierno nacional parece no tener un rumbo económico definido", evaluó Rubén Lovuolo, el hombre a quien Elisa Carrió iba designar ministro de Economía si llegaba a la Presidencia, y luego criticó el "uso asistencialista que se le da a los Planes de Jefes y Jefas de Hogar ya que sólo busca un fin electoralista".

En su paso por Venado Tuerto, Lovuolo tuvo definiciones sobre economía y, aunque evitó pronunciarse sobre cuestiones políticas porque "no son de su órbita de opinión", dijo sentir un gran respeto por Roberto Lavagna porque con él "se puede hablar de economía".

-¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de la gestión del ministro de Economía Roberto Lavagna?

-Hay aspectos positivos que anteceden al gobierno de Néstor Kirchner, como el hecho de haber sacado del debate público ideas nocivas y disparatadas a las que los argentinos nos habíamos acostumbrado: dolarización, banca off shore, convertibilidad como la panacea... Con Lavagna se puede discutir de economía, cosa que no se podía con los que estaban antes. El principal error es no haber colocado en la agenda el tema de la redistribución de la riqueza como hecho fundamental. Además, muchos de los aspectos positivos de la economía tienen que ver con el hecho de que hay un 50% de pobres y no por méritos propios. Se está aprovechando eso para ocultar el problema de fondo de la Argentina, y eso es lo grave del tema. Nos comprometimos con el superávit fiscal postergando una cantidad de gastos imprescindibles del Estado y una situación coyuntural de precios internacionales de mercado que hoy nos favorecen. El tercer error es la estrategia de negociación de la deuda, ya que apelamos a todo al FMI a pesar de que muchos aspectos son contraproducentes para el país. Se dejaron apretar por el Fondo y admitieron las propias culpas en la negociación.

-¿Cuál es la estrategia del gobierno en materia productiva?

-El país parece encaminado a la producción primaria sin tener en cuenta el perfil productivo que tendría que tener. Se asemeja a lo que pasó en los 90, cuando el país se especializaba en bienes de origen natural pero sin elaboración. Además, no hay una estrategia de industrialización definida en ese sentido.

-¿Coincide con la postura de enfrentamiento que tiene Elisa Carrió con el gobierno de Kirchner?

-Voy a hablar por mí ya que Lilita tiene suficientes pergaminos para decir lo que dice. Siempre cuento la misma anécdota: nosotros teníamos un plan de gobierno y Kirchner, no. Prueba de ello es que nadie se acuerda del que hubiese sido su ministro de Economía en caso de que pasara lo que pasó: ganar las elecciones.

-¿Usted se acuerda?

-Esa persona hoy no ocupa ningún cargo y creo que era alguien cercano a José Manuel de la Sota. Ese es un reflejo del gobierno que no tuvo un plan y apenas se limitó a heredar lo que le dejaron, con Lavagna a la cabeza.

-¿Nota cambios en materia de política social por parte del gobierno?

-Este gobierno sigue utilizando la política social como una manera de hacer política, sin importarle demasiado los aspectos que podrían derivar en la inclusión de los mismos en el mercado laboral estable. Hay un fuerte control social que quita el poder de autonomía de los beneficiarios de esos planes.

-Los cambios que ustedes pretenden, ¿no se pueden o no se quieren hacer?

-No vengo a juzgar intenciones, pero hay diferencias sustanciales que nos distancian y aspectos en los que coincidimos. Hay experiencias clientelísticas que no se pueden abstraer de lo que es la concepción electoralista de este gobierno y que está atado a la prebenda social. El peronismo condujo a la desaparición de la convertibilidad de forma desprolija. Había estrategias para salir de la crisis que no se aplicaron. Lo que pasa ahora esta basado en la fuerte represión de los salarios y de los ingresos de los trabajadores. Tenemos superávit fiscal porque no se paga deuda y porque el precio de la soja nos beneficia, pero en definitiva no hay nada definido en este gobierno en materia económica.

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Lovuolo, hombre de confianza de Carrió.

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