| domingo, 29 de agosto de 2004 | La cúpula shiíta de Irak rechazó la lucha armada contra las tropas de EEUU Nayaf. - La cúpula religiosa shiíta se reunió ayer en el domicilio del gran ayatolá Alí Al Sistani en Nayaf y manifestó su oposición a la lucha armada contra la presencia estadounidense, informó el portavoz de uno de los cuatro grandes ayatolás al final del encuentro. La declaración es una desautorización de las acciones bélicas de las milicias del clérigo Moqtada Al Sadr, cuya toma del templo más sagrado del shiísmo y la posterior lucha armada contra tropas de EEUU y del gobierno iraquí dejaron destruido el 70% del centro histórico de Nayaf y centenares de víctimas. Al Sistani ha quedado como líder indiscutido de Nayaf y de la comunidad shiíta: ayer una delegación de cinco ministros iraquíes viajó desde Bagdad para rendirle honores e informarlo sobre los planes de reconstrucción de Nayaf.
"Aún no hemos agotado las soluciones pacíficas para poner fin a la ocupación y si se concluye un día que no hay más posibilidades de discusión, entonces la lucha armada se convertirá en una posibilidad", explicó el jeque Alí Najafi, portavoz del gran ayatolá Bachir al-Najafi, que se reunió con Alí Al Sistani, máxima autoridad religiosa del shiísmo iraquí.
Posteriormente, Al Sistani se reunió con cinco ministros iraquíes, quienes concurrieron a Nayaf para discutir con el máximo líder del shiísmo planes de reconstrucción de la dañada ciudad santa. Sistani, quien regresó a Irak tras tres semanas de hospitalización en Londres por una dolencia cardíaca, presentó el jueves un plan de paz de cinco puntos que fue aceptado por el jefe radical Moqtada Al Sadr y las autoridades iraquíes. El ayatolá también había ordenado a los shiítas que marcharan hacia la ciudad, de manera que decenas de miles confluyeron en Nayaf ese día. De esta manera logró que las milicias del joven jefe rebelde abandonaran el mausoleo del imán Alí, el lugar más sagrado para los shiítas de todo el mundo, y se pusiera fin a tres semanas de intensos combates.
El balance oficial de esta lucha era ayer de 569 muertos y 785 heridos entre los iraquíes, además de una destrucción enorme del centro histórico de Nayaf, en torno al templo de Alí, que también mostraba signos de la lucha. Este saldo también tiene un efecto político: ayer la población de la ciudad se mostraba furiosa con los milicianos de Al Sadr. "¡Miren lo que han hecho en Nayaf! La mayoría de estos milicianos ni siquiera son de aquí. Representan quizás el 5% de la población local, mientras que el 70% del casco antiguo ha sido destruido", expresó Nadem Eidan, de 55 años, sentado frente a su comercio, con su techo y fachada derrumbados. Nayaf parecía ayer un campo en ruinas en un perímetro de un kilómetro alrededor del mausoleo del imán Alí, blanco de combates entre el ejército estadounidense y los milicianos. Las familias se abrían paso entre chapas y neumáticos para dirigirse a sus casas. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El centro de Nayaf quedó semidemolido. | | |